SOCIEDAD

Chicos con problemas de salud que juegan y hacen amigos por Internet

Son niños que no pueden ir a la escuela y tienen las visitas restringidas. Un sitio para chicos desarrolló una página especial, para que puedan conectarse entre sí y navegar en la red.

Agustín prende la compu, clickea con seguridad y muestra su página personal. Con la misma habilidad, chatea o intercambia correos electrónicos con sus amigos. Para él –un transplante de médula le impide ir a la escuela– el mundo dejó de ser las cuatro paredes de su casa. Agustín Rovero, junto a otros 29 chicos que participan de las escuelas domiciliarias, conocieron Internet a través del proyecto “Acercándote al mundo”, una iniciativa –surgida del sitio chicos.net– dirigida a niños con graves problemas de salud u otras situaciones que les impiden conectarse con sus pares.
La experiencia piloto comenzó en marzo de 2001, coordinada por Marcela Czarny, Andrea Urbas y Mariela Reiman, y abarcó a los chicos de dos escuelas domiciliarias de Capital que brindan enseñanza gratuita para aquellos niños que no pueden concurrir a clase debido a enfermedades físicas transitorias o permanentes.
“Desde el sitio nos propusimos que Internet tenía que servir para conectar a poblaciones que no tuvieran acceso y estuvieran aisladas por algún motivo”, afirmó Marcela Czarny. Entonces, comenzaron a buscar lo necesario para que esa inquietud se hiciera realidad. Las escuelas domiciliarias aceptaron la propuesta y la Fundación Navarro Viola decidió apoyarla. Se consiguieron las computadoras y se capacitó a los docentes.
Agustín salió de la pileta del fondo de su casa para contar lo más interesante de este programa. Tiene 13 años y además de no poder ir a la escuela, tiene las visitas limitadas porque contagiarse un simple resfrío podría causarle fiebre alta y días de internación. “Prefiero más que nada recibir mails, antes que mandarlos –dijo–. Y me gusta chatear. Una vez faltaron todos y solamente estábamos Fede y yo, y nos hicimos muy amigos.” Fede es Federico Fioretti, que en agosto de este año recibió una computadora como parte del proyecto. “Me puse muy feliz, porque en el colegio no enseñan computación, así que gracias a esto pude aprender un montón”, comentó. En enero tuvo una recaída de la leucemia aguda que le apareció a los cinco años y que ahora lo dejó atrapado entre su hogar y el hospital.
Los integrantes de chicos.net se encargaron de armar la página web de los dos colegios. “A los chicos les mandamos chistes por e-mail y los invitamos a participar a través de dibujos o distintas consignas”, explicó Czarny. Ahora cada uno tiene su propia página, donde cuenta qué le gusta hacer, cuál es su equipo de fútbol preferido o cómo es su familia.
Una de las secciones más llamativas de la página es “El país contado por los chicos”. Allí se construyó un mapa de la Argentina donde los chicos cuentan cómo es el lugar de dónde vienen –muchos están en la ciudad de Buenos Aires para hacer un tratamiento médico prolongado– o al que fueron de vacaciones. Por ejemplo, Agustín trabajó sobre la ciudad de Tandil, que visitó varias veces con su familia. “Yo quería hacer Nueva York porque fui cuando me hice el transplante, pero ahora debe estar distinto porque ya no están las Torres”, argumentó.
Agustín se enfermó cuando iba a segundo grado de una escuela común. Los seis primeros meses de tratamiento –de un total de dos años– fueron muy duros. Después del transplante, continuó atendiéndose en el hospital Garrahan, al que va varias veces en la semana. Su mamá contó que “para un chico es fundamental la vida activa, estar con sus amigos. La enfermedad lo limita a una vida muy sedentaria y es el primer obstáculo a sortear”, expresó. Conectarse con el proyecto lo sacó del encierro, lo estimuló a imaginar y le acentuó la sonrisa, que nunca pierde.
Inés Cerezetto, maestra de dos chicos que participaron del programa, opinó que por lo general “los chicos tienen poca comunicación y no tienen grupo de pertenencia, que es muy necesario sobre todo en los adolescentes”. Del programa, participan también hijos de mujeres golpeadas y refugiadas bajo tutela judicial en la sección “Nuestro lugar” de la página web. En este caso no están aislados por la enfermedad, sino por laviolencia: no pueden ir a la escuela o andar en bici por la vereda por prevención.
Andrea es la mamá de Rocío, que tiene 8 años y una enfermedad en los huesos. En su página personal, la nena cuenta que no puede caminar y agrega que “igualmente estoy casi siempre muy contenta”.
En marzo de este año, la página estará disponible para ser visitada en un sitio de la Secretaría de Educación porteña, ampliando el universo inicial, para que estos chicos puedan conocer a otros que no estén en su situación. Los coordinadores esperan poder conectar a todos los chicos de las escuelas domiciliarias. Dejar de ser una prueba piloto para poner en práctica el derecho a comunicarse. “Convocamos a empresas o fundaciones que nos ayuden subsidiando módulos de 5 o 10 chicos”, invitó Czarny. Garantizarle a un chico la computadora, el acceso a Internet y el acompañamiento necesario cuesta 100 pesos por año.
“Es una posibilidad enorme para chicos que no tienen ningún tipo de oportunidad”, señaló Andrea. Desde la simpleza de sus 10 años, Federico coincidió: “Esto me ayudó a hacer más corto este año de internaciones y pinchazos. Espero tener la compu mucho tiempo”, se esperanzó.

Producción: Romina Ruffato

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Agustín tiene 13 años y es uno de los 29 chicos que participan de la experiencia piloto.
 
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