La declaración de tres funcionarios de la Defensoría porteña, que declararon que la pileta de Megatlón All Boys no cumplía con las condiciones de seguridad que marca la ley, complicó ayer a la defensa de los acusados por la muerte por ahogamiento de la chiquita Florencia Rombolá, ocurrida el 12 de febrero de 2001. Pero, además, la declaración de la médica de emergencias de la empresa de ambulancias que acudió al llamado determinó que había fallecido bastantes minutos antes y que nadie la había intubado para intentar que reaccionara.

Héctor Masquelet, Eduardo Fachal y Lino Di Giorgio, funcionarios de la Defensoría porteña, declararon ayer como testigos en la quinta jornada por el juicio que se lleva contra el presidente de Megatlón, Fernando Storchi, el ex presidente de All Boys Horacio Bugallo, el coordinador de deportes de Megatlón, Julio Giraldi, la profesora Cecilia Privato y la guardavidas Cecilia Kamenetsky, acusados de homicidio simple por los padres de Florencia, Marisa Rombolá y Alejandro Möller.

Los funcionarios de la Defensoría aseguraron que la pileta de Megatlón All Boys no cumplía con las leyes de seguridad vigentes. Maloney, abogado de Storchi, intentó introducir la idea de que la ley municipal no estaba reglamentada, pero los testimonios no sólo fueron claros, sino que el intento motivó una severa reprimenda del presidente del tribunal, Martín Vázquez Acuña. “Está reglamentada y deje que sobre leyes se expide el tribunal”, advirtió el juez.

Pero, además, declaró la médica Kamasaki, de la empresa de emergencias Vital, que acudió al llamado desde el club. Dijo que la encontró tirada junto a la pileta, sola, y que hasta el momento en que ella había llegado nadie la había intubado (para darle oxígeno). También dijo que en ese momento, la chica ya estaba muerta y que tenía livideces que indicaban que había fallecido hacía bastantes minutos. Detectó una marca alrededor de los labios y dijo que era una marca post mortem producida en la respiración boca a boca.

Por otro lado, se produjo una situación curiosa: el abogado de Bugallo denunció que en el club alguien había pintado de negro el nombre de Megatlón en los carteles de todo el club, dejando sólo a la vista el nombre del club, All Boys. Lo curioso es que se realizó antes de la inspección ocular que deberían haber realizado los jueces pero que suspendieron por el mal tiempo.