Viernes, 6 de abril de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › UN CHICO ESTUVO SECUESTRADO EN EL BAUL DE UN AUTO
Un niño de 12 años fue capturado cuando iba al colegio el martes pasado. Lo tuvieron escondido en el baúl de un auto, de donde fue liberado ayer por la policía. Hay cinco detenidos. Se cree que la banda secuestró a otros miembros de la comunidad boliviana.
Era una mañana tranquila en la localidad de Matheu, en Escobar. Saúl, su hijo de 12 años, los saludó y salió para la escuela. “Siempre va solo a la escuela. Nunca pasó nada en el barrio”, dijo la mamá. Pero esta vez sí pasó. El chico se dirigía a tomar el colectivo cuando dos hombres “le apuntaron con un arma” y lo obligaron a subir a un Renault 9 blanco. Cincuenta mil dólares era la recompensa exigida por los captores. La cifra bajó a cinco mil cuando la familia de quinteros les dijo que no tenía ese dinero. El chico fue liberado ayer a la madrugada después de dos días de cautiverio en el baúl del auto. “No me trataron muy bien que digamos”, reconoció el niño cuando era trasladado a su casa. Tras su liberación, se logró detener a cinco personas supuestamente involucradas en el secuestro.
Los tres hombres y dos mujeres de nacionalidad argentina integrarían una banda dedicada al secuestro de personas de la comunidad boliviana que viven en el norte bonaerense. Según fuentes policiales, los detenidos estarían implicados en el secuestro de otro niño de la misma nacionalidad que vive en la misma zona. La diferencia es que, en ese caso, la familia prefirió no denunciar el hecho.
El secuestro de Saúl reavivó el temor en la comunidad boliviana que siete años atrás fue el objetivo de violentos asaltos. En ese tiempo, quinteros de Zárate, Campana y Escobar eran torturados por sus asaltantes para que dijeran dónde tenían guardado el dinero. Con este antecedente, la policía no descartó que hubiera alguna relación con la banda que secuestró a Saúl.
El plan de los secuestradores se concretó el martes pasado, cuando el chico se dirigía solo a tomar el colectivo de la línea 276 para ir al colegio privado. Dos hombres le apuntaron con un arma y lo obligaron a subir al Renault 9, donde, según el testimonio del chico, “estuvo todo el tiempo”. “Tuve mucho miedo. Les pedí que me dejaran volver con mi mamá”, contó el niño. Los captores, por su parte, dieron vueltas por la zona mientras exigían a Saúl que les diera datos de su familia para pedirles el rescate. Ante la negativa del chico, los secuestradores le ataron las manos con una cinta y lo metieron en el baúl del auto.
Su familia se enteró del secuestro horas más tarde, cuando el chico no volvía de la escuela. “Cuando vimos que se hacía tarde y no volvía, nosotros llamamos a la escuela y nos dijeron que él no había llegado nunca”, relató Víctor, el abuelo del niño. Lo primero que hicieron fue buscar al chico por la zona y, finalmente, los padres realizaron la denuncia en el Destacamento Policial de Matheu.
Un día después, los captores llamaron a la familia para pedir el rescate. Se contactaron al teléfono de una vecina, a través del cual se comunicaron con el padre. En ese momento le pidieron su número de teléfono, le dijeron que tenían al chico y que lloraba mucho. “Los delincuentes pedían 50 mil dólares. Como se les decía que no podíamos juntar ese dinero, ellos bajaron las pretensiones”, contó el abuelo.
La cifra del rescate disminuyó a cinco mil pesos. Esteban, el padre de la víctima, fue el encargado de llevar el dinero a una parada de colectivo, en una zona descampada de Garín, a la que fue citado por los captores. Poco minutos después apareció el Renault con un hombre que abandonó el vehículo al ver a los policías. Allí, en el baúl, fue hallado el chico con vida. Eran las 3.15 de la madrugada de ayer.
El dinero llegó a las manos de los secuestradores, pero éstos no tuvieron tiempo de repartirse el botín. En forma simultánea al pago del rescate, efectivos de la DDI de Zárate-Campana realizaron una seguidilla de allanamientos a través de los cuales dieron con los cinco integrantes de la banda. Se trata de tres hombres de 19, 30 y 39 años, entre quienes estaría el cabecilla, y dos mujeres de 33 y 38 años. También secuestraron el celular desde donde realizaron los llamados extorsivos y encontraron elementos sospechosos que hacen suponer que se trataba de una banda organizada dedicada al secuestro.
Esteban, padre de dos hijos más, de 16 y 14 años, dijo que desconoce el motivo del secuestro porque él es camionero y su esposa tiene un “puestito” en un mercado, donde vende frutas y verduras, y afirmó que de “ahora en más tendrá que llevar a los chicos a la escuela como corresponde”.
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