Tras un proceso que reunió varios elementos llamativos, la Justicia condenó ayer por la muerte de Florencia Moller Rombolá, ahogada en la pileta del club All Boys en 2001, a cuatro años de cárcel al presidente de la cadena de espacios deportivos Megatlón –que explotaba la colonia de vacaciones en el club–, Fernando Storchi, y a tres y medio al coordinador de deportes de la empresa, Julio Giraldi. Lo novedoso del caso es que por primera vez ante un tribunal oral la acusación estuvo a cargo de la familia querellante, en lugar de recaer sobre el fiscal, que en su momento había pedido el sobreseimiento de estos dos imputados.

En 2001, el médico les recomendó a los padres de Florencia que la enviaran a natación. Decidieron que fuera a la pileta de All Boys porque “parecía limpia”, declararon después. En su cuarta clase de natación, su profesora, María Cecilia Privato, la llevó junto a un grupo de chicos hacia la parte honda, a realizar un ejercicio. La nena, de nueve años, no sabía nadar y se hundió. Según el padre, Alejandro Moller, Privato “se negó a rescatarla”. Según la declaración de los chicos, la guardavida Vanesa Kamenetzky estaba atendiendo a otro grupo, por lo que recién se percató de la situación cuando los compañeros de Moller Rombolá le avisaron que estaba en el fondo de la pileta, en una posición en la que parecía sentada.

Privato fue condenada –también ayer– a tres años de prisión en suspenso y seis años de inhabilitación para ejercer su profesión, mientras que a Kamenetzky le impusieron una pena de dos años y medio de cárcel en suspenso y no podrá trabajar como guardavida por los próximos cinco años. Pero eso era esperable, ya que desde el principio el fiscal del juicio, Juan Manuel Sansone, apuntó todos sus cañones contra ellas, y pidió el sobreseimiento de Storchi, Giraldi y el presidente del club All Boys, Horacio Bugallo, que finalmente quedó libre de cargo y culpa.

Pero esa solicitud de sobreseimiento fue la que terminó transformando este proceso en uno particular, llamativo. Porque para los padres de Florencia, Moller y Marisa Rombolá, eran justamente los dos integrantes de Megatlón y Bugallo los mayores responsables. Su abogado, Alejo Ramos Padilla, logró evitar el desprocesamiento de esos tres imputados, y sostuvo la acusación contra ellos, pese a que el fiscal los creía inocentes. Los dos directivos de Megatlón fueron condenados al cumplimiento efectivo de la prisión, pero seguirán libres hasta que la sentencia quede firme.

“Esto marca un antecedente para todos los casos en los que el querellante crea que el fiscal no está cumpliendo con sus tareas. Además, también por primera vez se condena a los empresarios dueños de la empresa en la que sucede la muerte por un homicidio. Entonces a partir de ahora, todos los empresarios van a tener que empezar a priorizar la vida por sobre los negocios”, festejó Ramos Padilla.

Más allá de esos dos logros, los familiares de Florencia quedaron disconformes con los montos de todas las penas y el sobreseimiento de Bugallo, y ya adelantaron que apelarán el fallo ante Casación para que se aumenten las condenas, sean de cumplimiento efectivo y se revea la liberación de cargos para el presidente de All Boys. “El dueño de casa –-por Bugallo– es el responsable último de lo que ocurre”, señaló.