SOCIEDAD › OPINIóN

Las deudas de la Justicia

 Por Casacidn *

Después de siete años de trabajo, de más de nueve largos meses de juicio, del paso de casi doscientos testigos, de pericias y pruebas documentales, terminó el juicio por abuso sexual, corrupción de menores agravada y amenazas coactivas contra el sacerdote Julio César Grassi. El Tribunal Criminal Nº1 de Morón lo condenó a 15 años de prisión, aunque no irá a la cárcel hasta que la condena quede firme y mientras tanto puede volver al lugar donde ocurrieron los abusos sexuales que fueron considerados probados por la Justicia.

Es éste el fin de un proceso plagado de irregularidades, en el cual Grassi gozó de beneficios procesales que, en general, no se conceden a imputados en su misma situación. Vivió en una casa quinta con todas las comodidades ubicada frente a la Fundación Felices los Niños, hecho que le posibilitó seguir ejerciendo el control de la institución. Esta cercanía le permitió tener llegada a testigos claves y potenciales víctimas, quienes, mediante intimidaciones o prebendas, no pudieron contribuir con su testimonio a esclarecer los graves hechos que se le imputaban o, quizás, prevenir la reiteración de los hechos delictivos.

Desde Casacidn, querellante en la causa, recibimos el fallo del tribunal con sensaciones contradictorias, porque aunque la Justicia lo encontró culpable por dos hechos de corrupción de un chico de 13 años, en los otros dos casos de jóvenes que también lo habían acusado resultó absuelto. Estos chicos no tienen hoy reparación alguna por los abusos padecidos.

Resulta, a su vez, inadmisible que una persona condenada por semejantes delitos pueda visitar la Fundación las veces que quiera mientras que esté acompañado por una persona de su confianza y las visitas sucedan durante el día, como si los abusos sexuales sólo se cometieran de noche y como si la presencia de alguien del entorno de Grassi alcanzara para evitar que vuelvan a ocurrir. ¿Cómo puede la Justicia permitir que alguien condenado por abuso sexual y corrupción de menores visite libremente una institución que alberga a chicos y chicas?

El Casacidn ha actuado intensamente todos estos años con el único propósito de resguardar los derechos de los chicos y jóvenes afectados por la situación, ya sea a través de la presentación de amparos para proteger la intimidad de todos los niños alojados en la Fundación Felices los Niños como de la representación directa de los jóvenes víctimas.

En este proceso nos han acompañado muchas personas, pero hoy queremos destacar especialmente la tarea realizada tanto por el abogado de Casacidn, Juan Pablo Gallego, como la de los abogados de las otras dos víctimas denunciantes, Sergio Piris, Luis Paglietti y Jorge Luis Calcagno Quijano.

Seguiremos trabajando con la misma intensidad y convicción para lograr una condena de cumplimiento efectivo para todos los casos presentados en el juicio, porque la Justicia les debe a todos los chicos víctimas la restitución de sus derechos vulnerados y la reparación de los daños sufridos por las víctimas.

* Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.

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