La detención del tercer sospechoso por el crimen de Sandra Almirón ocurrió en la noche del jueves y fue posibilitada por su padre, un policía de la zona norte del Gran Buenos Aires. Fue él quien dio los datos de los amigos de su hijo, de 16 años, y de los lugares que frecuentaba. Esto fue lo que permitió, mientras alguien que simulaba ser un amigo chateaba con él, detener al joven en un cybercafé de la localidad de Muñiz, en San Miguel. Era el único de los tres sospechosos que no había podido ser arrestado durante los allanamientos realizados el jueves por la tarde en Pilar.

Según relataron fuentes policiales, un efectivo de la Subdelegación Departamental de Investigaciones de Pilar, que se hizo pasar por uno de sus amigos, lo encontró en un chat y tras conversar un buen rato logró que el prófugo le dijera en qué cyber estaba y que se quedara allí porque iba a encontrarse con él. Hacia allí partió una comisión policial, que incluyó al propio padre policía del menor. El joven fue arrestado cuando estaba sentado en una de las computadoras del cyber, en la calle Presidente Perón 1007. El jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi, se refirió ayer al hecho. Confirmó que el padre integra las filas que dirige y exaltó su actitud: “Cuando se enteró de que su hijo podría estar involucrado en esta situación por la relación que tenía con los otros dos involucrados, no dudó en ponerlo a disposición de la Justicia”.