En su denuncia, A. R. relató que al iniciar la consulta, el 25 de febrero, el médico la hizo desnudar y le dijo que se acercara al escritorio. Primero –contó– le hizo una palpación de senos y luego la hizo poner de pie y le indicó que sacara la cola para atrás, mientras él permanecía parado detrás a muy corta distancia. Posteriormente –sigue la denuncia– le dijo que se sentara en la camilla y le realizó un examen ginecológico, primero con un espéculo y luego se puso crema en los dedos para hacerle un tacto. Según describió A. R. en la Justicia, mientras se lo practicaba, empezó a formularle algunas preguntas, y en cierto momento comenzó a tocarle el clítoris. “¿Este es tu punto?”, le preguntó, de acuerdo con la denuncia, mientras seguía frotándole la zona erógena. Le pidió que subiera y bajara la pelvis y le hizo comentarios que no tenían ninguna relación con el motivo de la consulta. “¿Te excita igual ahí?”, también le preguntó, según contó la mujer en su declaración. Ella trató de frenarlo. Pero él le siguió haciendo algunas preguntas y comentarios sobre la excitación sexual, y le tomó la mano para que se tocara la vagina, mientras permanecía a muy corta distancia, a tal punto que su mano era el límite de sus genitales y los del médico; de esa manera hacía que se frotara con su mano y con el dorso frotaba sus genitales.