SOCIEDAD › COMO SIGUE LA INVESTIGACION POR EL CASO DE MARIA MARTA

La mira en el entorno íntimo

Las inminentes detenciones por el crimen de María Marta siguen siendo tan inminentes como eran entonces, pero se han agregado algunas menciones especiales: según revelaron fuentes de la investigación, nombres de allegados íntimos a la víctima están siendo compulsados en la fiscalía de Diego Molina Pico. A todo esto, Página/12 ya anticipó que tanto Carlos Carrascosa, marido de la víctima, como su hermano Horacio García Belsunce (h) y su cuñado Guillermo Bártoli (investigado en el caso García Belsunce II), solicitaron pedidos de eximición de prisión, por si acaso. Entretanto, algunas versiones mencionaban a una misteriosa mucama supuestamente desconocida por la familia. En realidad, son dos mucamas, no son misteriosas y eran empleadas de servicio doméstico: Beatriz Molina y Emma Benítez, tan investigadas como todos los que estuvieron en la casa del country Carmel el día del asesinato de María Marta, pero mucho menos en la mira que el resto.
Aunque la hipótesis de que un negocio oscuro habría desatado el pseudo accidente mortal de María Marta sigue siendo una de las principales líneas de sospecha, el crimen pasional no perdió crédito entre los investigadores. Algunas versiones mencionaban ayer la presunta existencia de un amante de María Marta. Y no sólo eso: entre los expertos se trabajaba no sólo con la probable identidad documental sino también con la identidad sexual de ese supuesto amorío.
“No descartamos nada”, señaló sutilmente un investigador cuando este diario preguntó, sobresaltado, por la insidiosa versión. Cualquiera fuera ese/a amante por ahora inexistente en el expediente judicial, daba pábulo a la hipótesis del encubrimiento familiar para evitar el escándalo.
Desde que se destapó la doble muerte de María Marta –la real, de cinco balazos en la cabeza, y la ficticia asentada en el certificado de defunción–, lo que más sorprendió a los investigadores fueron las contradicciones y los encubrimientos familiares:
- El certificado de defunción, asentado como muerte por paro cardiorrespiratorio no traumático.
- La teoría familiar del accidente que, según anticipó este diario, ya presenta grietas internas: algunos sectores de la familia señalan a Carlos Carrascosa como quien instaló esa versión.
- La sangre que inicialmente fue limpiada en toda la casa menos en el baño, para dar la idea de un accidente en ese lugar.
- La limpieza posterior de las manchas de sangre en el baño.
- El pituto calibre 32, correspondiente al sexto disparo –en realidad suponen que fue el primero–, y que rebotó en el cráneo de María Marta, y que fue arrojado por el inodoro tras un cónclave familiar.

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