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“Es importante que aparte del trabajo permanente de Amnistía en momentos que se ha agudizado la crisis y se combina una crisis de derechos civiles y políticos con una crisis de derechos sociales y económicos esté presente transmitiendo su preocupación”, sostiene Esteban Beltrán, el jefe de la delegación que visita el país esta semana.
–Ustedes deciden reunirse con el nuevo gobierno. ¿Por qué antes no se reunieron con el gobierno de Fernando de la Rúa?
–Una cosa es una misión como ésta, pero Amnistía mantiene un trabajo en Amnistía desde siempre. Es claro que temas como las torturas y malos tratos y la muerte de menores que la propia Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires denunció en una resolución el año pasado han sido una situación preocupante del gobierno de De la Rúa, ha habido represiones durísimas en Salta, han existido violaciones de derechos humanos. Pero en este caso se trata de una combinación de factores más seria, más difícil.
–¿Por qué?
–Es una oportunidad para que no se repitan círculos viciosos del pasado. Es la ocasión en este momento, con un nuevo gobierno y con una sociedad civil bastante movilizada, tratar de construir una agenda de los derechos humanos. Nada ocurre por casualidad, la represión se da cuando existe una mayor cantidad de manifestaciones y enfado de la opinión pública. Las torturas se dan sobre los sectores de la sociedad, como los menores, vinculados con el delito que además lo hacen con una situación económica de extrema pobreza. Para enfrentar estas situaciones hay que hablar de ellas.
–¿La responsabilidad del Gobierno y del Fondo Monetario es la misma?
–Aquí es importante indicar que el FMI tiene responsabilidad, como la tienen las grandes empresas, pero la responsabilidad final es del Gobierno porque es el que pone en práctica o no las salidas que vulneran derechos.
La sociedad debe saber que Amnistía Internacional está, como durante las peores épocas. La comunidad internacional observa de cerca.