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Por P.L.

“Los registros de adopción están paralizados, porque casi no se están produciendo adopciones por el mecanismo que la ley establece”, denunció Juan Carlos Garraza, asesor legal del Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes de Bahía Blanca. “En los últimos tres años sólo tuvimos ocho adopciones; en cambio, recibí unas diez consultas sobre guardas de hecho, que rechacé”.
La guarda de hecho es un recurso que no está pensado para situaciones de adopción sino para chicos que los padres deben dejar transitoriamente a cargo de una persona de su conocimiento y confianza con motivo de un viaje, internación, etcétera. El abuso de este recurso permite irregularidades como la descripta en la nota principal.
Garraza exigió “que el Poder Judicial se haga cargo de una vez: que los fallos sostengan la legislación en vigencia para poner fin a esta situación”, y señaló que en estas apropiaciones “siempre hay un intermediario: un médico, una asistente social, un psicólogo, un maestro”.
En las adopciones legales, se recurre a esas mismas profesiones: con la madre biológica, para confirmar si realmente desea desprenderse del niño -es frecuente que, en una situación de contención profesional, resulte que prefiera mantenerlo junto así, o se abra la posibilidad de que el nene permanezca con los abuelos u otros familiares, en contacto con la mamá y los hermanitos. Con los futuros adoptantes, el equipo profesional contribuye a precisar las expectativas y evitar decisiones precipitadas.
El abuso de la guarda de hecho no es la única trampa posible: un experto que prefirió no identificarse agregó que “otra trampa consiste en que el apropiador vaya junto con la madre del niño y lo anote a su nombre, como si fuera un hijo concebido en adulterio; por supuesto, la maniobra tiene el consentimiento de la esposa del apropiador”.
En cuanto a las guardas de hecho, “el procedimiento se legaliza cuando, años después, los apropiadores comparecen ante el juez y piden la guarda preadoptiva: a un chico que tienen hace ya varios años, es difícil que el juez se lo saque”, explicó el experto.
–Sin embargo, la experiencia de Abuelas de Plaza de Mayo muestra que, aun transcurridos muchos años, separar al niño de sus apropiadores puede ser lo mejor para él –observó Página/12.
–Es verdad –contestó el experto.