SOCIEDAD › MORDUCHOWICZ, EXPERTA EN MEDIOS Y EDUCACION
“La TV debe ingresar al aula”
Por M. C.
“No hay que condenar las horas que los chicos argentinos pasan frente a la pantalla, sino preguntarse qué pasa que no tienen otras alternativas. Las calles son violentas, no hay bibliotecas populares, los padres trabajan todo el día, las plazas están en mal estado...”, consideró Roxana Morduchowicz, directora del programa La Escuela y los Medios, del Ministerio de Educación de la Nación, y doctorada en el tema en Francia.
–¿Le sorprende que casi el 70 por ciento de los chicos de 11 años vea más de cuatro horas diarias de televisión?
–No, el hecho de que los chicos consumen mucha TV es un fenómeno mundial. Las últimas investigaciones francesas dan como resultado que ni siquiera los videojuegos han logrado bajar las horas de TV. La televisión sigue reinando aun con el advenimiento de las nuevas tecnologías. Se estima que en el país un chico ve más horas de televisión que las que está en la escuela –si va a una de jornada simple–, ya que para la TV no hay sábados ni domingos. Pero en Francia, por ejemplo, ya hay otro debate. No sólo condenan que los chicos vean seis horas por día, sino que cuestionan al Estado por qué no les ofrece a los chicos otras opciones para hacer actividades.
–¿Qué consecuencias genera la sobreexposición a la televisión?
–Está comprobado que una sobreexposición es inversamente proporcional a la criticidad de los chicos, conspira contra el buen mirar, pero no por los programas que ven sino por cómo los ven. El problema no es cuando deciden ver un determinado programa, sino cuando prenden el aparato por prender, cuando lo utilizan como un tapahuecos. El otro gran problema es con quién ven la tele. Lo que se ha descubierto es la privatización del uso de la TV. Cada vez son más los hogares en los que los chicos tienen el televisor en su cuarto. En los Estados Unidos se observa este fenómeno incluso en los sectores populares. Esto es más preocupante que la cantidad de horas que la miran, porque si ven tres horas acompañados por un mayor no es igual a que vean una hora solos. La pregunta sobre qué hace la TV con los chicos que imperó hasta la década del ‘60 fue reemplazada por la pregunta sobre qué hacen los chicos con la TV. Los chicos no consumen todo de la misma manera. Y una de las preguntas subsidiarias es con quién la miran. No me alarma que vean más de cuatro horas diarias hasta que no sepa con quién las ven.
–¿Son distintos los programas que consumen los chicos de sectores más carenciados de los de niveles medios?
–Los chicos de sectores populares ven más programas de ficción, más anclados en la violencia. Como viven en un medio social muy violento, para ellos la ley es la fuerza física. Buscan en la tele modelos que los ayuden a sobrevivir en su entorno social. “Veo ‘Karate Kid’ para defenderme”, dicen. Esto está comprobado en todo el mundo. Prefieren programas en los que prevalecen las imágenes sobre el diálogo.
–¿Los programas con violencia, entonces, contribuyen a que sean más violentos?
–Una excelente investigación francesa que puso a chicos frente a secuencias violentas de programas de ficción y de noticieros observó que en ningún caso desarrollaron actitudes violentas. Hablaban más entre ellos o dibujaban, buscaban maneras de procesar lo que estaban viendo, pero no se pegaban entre ellos. No hay manera de justificar un efecto lineal de la violencia de la televisión sobre los chicos. Hoy se piensa más en el medio social como generador de violencia. Hay que pensar que estamos frente a una sociedad en crisis, injusta, en la que aumentó la desocupación. Esto no desresponsabiliza a la televisión de ofrecer una buena programación.
–¿Cómo interpreta el hecho de que los chicos ven más de cuatro horas diarias?
–Claramente está marcando la necesidad de que la escuela tome la televisión como objeto de estudio, que se integre a las clases, que secharle y se discuta en las aulas sobre los programas, y que si los docentes tienen que enseñar un tema lo relacionen con los géneros televisivos.