El gobernador Daniel Scioli rechazó ayer los dichos del secuestrador Marcelo Ameijeiras, a quien calificó como “un sinvergüenza”. El asaltante había denunciado ante las cámaras de televisión que las fugas de detenidos, como la que él protagonizó, estaban “acordadas para causar estragos” antes de las elecciones. “Es un delincuente, ¿qué puede esperar que diga un delincuente? Espero que lo lleven a (la unidad penal de) Sierra Chica y no salga más”, señaló Scioli.

Tampoco dio crédito a las palabras del detenido el diputado electo por el Frente Renovador Sergio Massa, quien dijo que sería una “bajeza” de su parte desconfiar de Scioli o el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal. Massa aseguró que “entre la palabra de un delincuente y la de un tipo como Casal, con quien vos podés estar de acuerdo o en desacuerdo, pero que hace muchos años que todas las mañanas se levanta para romperse el alma y buscar soluciones en muchos temas, en algunos casos con caminos equivocados y en otros acertados, de mi parte sería muy bajo” desconfiar de la palabra del funcionario.

Por su parte, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, consideró que en la toma de rehenes hubo “connotaciones políticas”. “Hay diferentes acontecimientos en la provincia de Buenos Aires que tienden a generar climas de tensión, especialmente a fin de año, que es una fecha muy sensible. Me parece que hay mensajes políticos muy claros, donde la jueza y la fiscal deberán indagar con mucha firmeza para ir al fondo de la cuestión”, sostuvo.