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“Es evidente que los recuerdos se pueden recuperar, tanto a través del tratamiento psicoanalítico como de la hipnosis: ésta provoca una regresión al pasado y se sabe que es posible recuperar recuerdos muy antiguos, que resultan después certificados –sostiene Horacio Etchegoyen, ex presidente de la Asociación Internacional de Psiconálisis–. También uno puede tener recuerdos de que le pasó tal o cual cosa y que sea imaginación. En este caso, la señora podría haber sido separada de sus primeros padres. También quiero decir que la idea de no ser hijo de los padres es una idea que está en el inconsciente de todos nosotros. Freud la llamó “la novela neurótica familiar”. Es una fantasía muy común en todas las personas. Pero eso no quita que se pueda haber recuperado recuerdos de una primera infancia”.
Sobre la hipnoterapia, Etchegoyen explica que “ha tenido un lugar de cierta importancia en la terapia psicológica. Es un tratamiento más rápido pero también menos efectivo, menos estable que el psicoanálisis”.
El psiquiatra Juan Carlos Stagnaro, director de Vertex, Revista Argentina de Psiquiatría, tiene una visión similar: “Los recuerdos infantiles indudablemente quedan registrados desde edades muy tempranas aunque no es fácil acceder a ellos –sostiene–. ¿Una técnica hipnótica puede acceder a recuerdos de los dos o tres años? Pienso que sería factible, pero tendría que tener alguna información más”. En cuanto al uso de la hipnosis en la terapia, Stagnaro acota que “en algún momento en la historia del psicoanálisis se ha pensando que comunicando el material hipnótico al paciente se obtenía cura de ciertos síntomas pero luego se verificó que no era así, y Freud creó la terapia psicoanalítica de tal manera que la rememoración de los recuerdos infantiles surge en la sesión”.