SOCIEDAD › ¿POR QUE PEPE MUJICA?
Lejos del laboratorio
Por Luis Bruschtein
De las agrupaciones guerrilleras de los años ‘70 en América Latina, los Tupamaros fueron los que hicieron la transición más limpia de los años de plomo a la democracia. Es cierto que la dictadura militar uruguaya no fue tan feroz y carnicera como la de Argentina o la de Chile y por lo tanto las cicatrices no fueron tan profundas. Pero también es cierto que los principales líderes tupamaros, como Raúl Sendic y José Mujica, entre otros, tuvieron una mayor madurez y gran claridad para entender los códigos y los requerimientos de la nueva etapa que se abría en América Latina. Esa claridad les permitió convertirse en uno de los principales integrantes de la mayor fuerza política del Uruguay, el Frente Amplio, cuyas internas ganaron en las últimas elecciones.
Pepe Mujica participa en la conversación como uno más, tiene mucha calidez y le gusta expresarse en forma sencilla, aunque de a ratos se tienta por la poesía. Esa sencillez puede ser engañosa para un militante de izquierda académica o para un político de opereta o para cualquiera que esté acostumbrado a un discurso más libresco. Pero vale la pena pensar dos veces lo que dice porque cada palabra se apoya en una vida jugada, en plenitud, en cada minuto, y conscientemente, por sus ideales.
Pepe Mujica no es el producto de un laboratorio de intelectuales. Por el contrario, es un hombre probado en la lucha y probado en la cárcel, donde permaneció nueve años en aislamiento absoluto al igual que los otros ocho miembros de la conducción tupamara. Y también probado en su capacidad parala construcción política de los últimos 20 años. “Nosotros fuimos flexibles en la metodología –afirma– pero no en la ética.”