La reciente Conferencia Internacional de Sida debatió también una nueva recomendación de la OMS para un posible uso preventivo de la medicación antirretroviral: se trata de que los hombres que, sin ser VIH positivos, tienen sexo con hombres (HsH) y que no utilizan el preservativo de manera consistente “consideren tomar medicamentos antirretrovirales como un método adicional para prevenir la infección por VIH”, además del preservativo.

Omar Sued –director de investigaciones de Fundación Huésped– contó que en la Conferencia “se presentó un estudio efectuado en Francia mostrando que, en personas que tomaban el medicamento (llamado Trubada) por lo menos cuatro días por semana, se lograba protección”. De todos modos, “esa perspectiva debe balancearse con la posible toxicidad, los efectos secundarios y el costo –advirtió el infectólogo–. En Estados Unidos este tratamiento preexposición está aprobado como estrategia preventiva: cualquier médico infectólogo puede recetar el medicamento en función del perfil de riesgo del consultante: “Por ejemplo, una trabajadora sexual trans que tuviera 12 o 15 relaciones por día de las que una o dos son sin protección, podría llegar a beneficiarse.” En la Argentina, como en la gran mayoría de los países, el Ministerio de Salud no prevé hasta ahora incluir el tratamiento preexposición en el vademécum gratuito.

Rubén Marone, coordinador del área salud de Nexo Asociación Civil, advirtió que “si una persona no usa preservativo y tiene sexo compulsivo, no es probable que esté dispuesta a cumplir la condición de tomar una pastilla todos los días como prevención, sobre todo cuando empiece a experimentar los efectos colaterales, que han disminuido pero no se han eliminado en estas drogas. No hay que olvidar que la mayor vulnerabilidad de poblaciones como la de HsH se vincula con la dificultad de acceso al sistema de salud. Efectivamente, la prevalencia de VIH es elevada: se mantiene entre el 10 y el 12 por ciento desde hace 14 años, cuando empezamos a hacer investigaciones”.