En una dura exposición sobre la violencia regional en la Universidad Nacional de La Plata (ver aparte), el ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni aseguró que se está viviendo a nivel regional “una tercera guerra mundial por goteo, como dijo el Papa”. Sostuvo que se trata de “un genocidio, una masacre estatal por goteo” donde prevalece “la violencia estatal, por acción u omisión”. Aunque admitió que la Argentina, con un índice de 6 o 6,5 homicidios cada cien mil habitantes, está “mejor que Brasil o México, cuyos índices llegan a 27 o a 20, pero eso no nos tiene que dejar tranquilos”. Sostuvo, en este sentido, que “los muertos siempre son jóvenes que son estigmatizados por los medios masivos de comunicación, especialmente la televisión”.

“El hecho de que en la Argentina estemos notoriamente mejor, en los índices de letalidad, no nos exime del problema, porque acá también los medios concentrados de comunicación estigmatizan al mismo sector de la población”, advirtió el ministro de la Corte. Llamó a los estudiantes presentes a “pensar en el mundo que viene, en el mundo que tenemos, porque no se trata de bromas, se trata de salvar vidas humanas”.

Zaffaroni, que recibió distinciones como visitante ilustre y fue celebrado por los presentes en cada intervención, saludó como positivo el interés de las universidades en analizar el problema de la violencia. “Esto significa que hay una evolución cualitativa dentro del quehacer universitario.” Dirigiéndose a los estudiantes que asistieron a la presentación del informe, les pasó la posta de seguir trabajando “porque el siglo XXI viene con un panorama muy difícil que yo voy a tratar de analizar en mi intervención”.

Dijo que la globalización, como antes fue el neoliberalismo, es “un poder planetario que establece normas donde a unos les toca la mejor parte, como siempre, y a otros la peor”. Dijo que era necesario, en lo que respecta al estudio sobre el nivel de homicidios dolosos, “saber dónde estamos parados para poder evaluar cuáles son las tareas que tenemos que realizar para superar la actual situación”.

Advirtió que se está viviendo en un mundo “particularmente violento porque estamos viviendo una tercera guerra mundial, sólo que es una guerra en capítulos. Y esto no lo inventé yo, lo dijo el Papa (Francisco), que tiene una visión mucho más grande”. Por eso señaló que “cuando vemos cifras planetarias temblamos y cuando vemos cifras regionales, también, porque estamos en un planeta que tiene 6000 millones de habitantes de los cuales la mitad, 3000 millones, vive en la pobreza y 1200 millones de ellos vive con un solo dólar por día”.

“Si nos referimos a nuestro continente, podría decir que ya no es una guerra, sino que estamos viviendo un genocidio por goteo, una masacre estatal por acción o por omisión”, señaló Zaffaroni con el ceño fruncido. Se refirió luego a la situación de Brasil y de México. Dijo que “son pocos los países que superan el índice de 20 homicidios por cada cien mil habitantes; son 23 esos países, de los cuales 18 pertenecen a América latina y el Caribe, y los cinco restantes pertenecen a Africa”.

“El índice de homicidios que tenemos en la Argentina es de 6 o 6,5 cada cien mil habitantes, mientras que el de Brasil es de 27 y el de México supera los 20, aunque no tenemos cifras oficiales porque recién ahora están apareciendo cadáveres de personas desaparecidas.” Zaffaroni precisó que buena parte de esas muertes corresponde a la “guerra a la droga” que promovió el anterior gobierno mexicano.

Recalcó que, como ocurre en los barrios pobres de la Argentina, “los muertos son siempre jóvenes y esto coincide con la estigmatización que hacen los medios masivos concentrados, fundamentalmente la televisión”. Señaló luego que la “concentración de medios” se da tanto en Brasil como en México y en la Argentina. Dijo que, además de esos mensajes de los medios, “la letalidad de las fuerzas policiales también recae sobre esos mismos jóvenes estigmatizados”. Puntualizó que en Brasil, en los últimos años, “decrecen las muertes blancas y crecen las de negros, lo que indica que también hay una persecución racista”.