SOCIEDAD

A los golpes en el baño

 Por Carlos Rodríguez

En la comisaría 9ª, donde fueron detenidos los jóvenes que se encontraban en el drugstore, todos fueron alojados en celdas, menos Marcelo C., a quien llevaron al baño de la seccional. En ese lugar fue golpeado y recibió amenazas. Los chicos que estaban en los calabozos escucharon los gemidos de Marcelo C. Ese accionar policial tenía como objetivo que el joven no denunciara ante la Justicia lo que había visto durante el procedimiento policial.

El joven Marcelo C. había presenciado el momento en el que un policía arrojaba la bolsa que contenía estupefacientes en un cajón de gaseosas. Cerca de las seis de la mañana del 4 de agosto de 2012, todos los jóvenes fueron llevados al Hospital Esperanza, incluyendo a Marcelo C.

En el juicio quedó demostrado que los policías “ingresaron datos, denuncias y manifestaciones de testigos que eran falsos”. Dos testigos habían manifestado que el dueño del comercio y su novia vendían drogas, según lo que se aseguraba en el parte policial. Sin embargo, cuando prestaron declaración ante el juez de instrucción y con posterioridad en el juicio oral, los dos testigos aclararon que nunca habían dicho lo que aparecía en las actas policiales.

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