Si bien se considera probable que el incendio se haya originado sin ninguna intencionalidad, por la caída de un rayo en esta zona virgen, de difícil acceso, en la región circulan versiones que ligan los incendios forestales de áreas protegidas a intereses privados.

Las tierras que pertenecen a áreas protegidas son fiscales, aunque el suelo o bosque pertenece a la provincia. Esto implica la existencia de un control de bosques ligado a criterios del organismo nacional encargado de administrarlos: la Dirección Nacional de Bosques.

La ausencia de bosques nativos una vez quemados facilita que las tierras pasen al ejido municipal. Lo mismo puede suceder con los intereses privados para vender un paisaje como negocio inmobiliario.

Según otras teorías, los incendios se originan intencionalmente por disputas entre familias por la posesión de las tierras.