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La aparición en el partido bonaerense de Quilmes de serpientes y culebras venenosas a raíz de las inundaciones en el Litoral, que obligaron a cerrar al público la costa ribereña por prevención sanitaria, “es sólo la parte inicial del proceso”, advirtieron especialistas, quienes aseguraron que el fenómeno se expandirá hasta Ensenada en los primeros días de febrero. “En este momento el río está crecido y con el viento suben los camalotes y con ellos las serpientes venenosas y otros animales que salen a buscar comida, por lo que el operativo continúa, el área está circunscripta y no hay gente en el agua”, afirmó Juan Mendizábal, subsecretario de Emergencias de Quilmes.

“Estamos en la parte inicial del proceso, prevemos que para febrero se siga acumulando material que baja del río Paraná y que los camalotes traigan lagartos, nutrias, víboras y arañas. Por eso el operativo continuará hasta que la contingencia lo amerite”, precisó el funcionario.

Por su parte Elizabet Barbis, secretaria de Salud local, coincidió y confirmó que el municipio sigue “en estado de alerta” y que se está preparando material gráfico para advertir a la población.

“Los animales han buscado resguardo sobre los camalotes, llegan por el río y como el río ha superado la muralla de contención, lograron llegar a la tierra”, describió la funcionaria, quien detalló que las más preocupantes

son las yararás porque curar su veneno requiere “un suero específico”. Barbis señaló que “una vez que se termine toda la señalización correspondiente se abrirá el paso, pero hay una indicación clara de no acercarse a la costa aunque sabemos que es difícil que la población lo acate por las altas temperaturas”.

En la provincia de Santa Fe, el nivel del río Paraná permaneció en baja a lo largo del lunes, lo que aliviaba la situación en las ciudades más comprometidas por la crecida. Sin embargo, continuaban evacuadas 1.735 personas de 12 localidades.

La mayor cantidad de evacuados se registró en la ciudad de Santa Fe y alrededores, con más de 800 personas, pese a que el río Paraná llegó en las primeras mediciones de ayer a 6,32 metros, lo que representa 29 centímetros menos que en el pico de inicios de este mes.