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Por P. L.

“La falta de un adecuado etiquetado nutricional de los alimentos es una deuda pendiente en la Argentina”, destacó Marcelo Tavella, titular del Programa de Prevención del Infarto en Argentina (Propia), de la Universidad de La Plata. Esa información “es la herramienta que necesita la comunidad para adoptar conductas preventivas”.
“En la Argentina no hay buena información nutricional sobre alimentos y la falta de normas para un adecuado etiquetado es una deuda pendiente. El etiquetado es la única herramienta al alcance de la comunidad para tomar sus decisiones, pero –puntualizó Tavella– para que sea realmente efectiva debe haber también una cultura del etiquetado en la población: una educación para entender cada rótulo y estar dispuesto a prestarle atención: y esto tampoco existe en nuestra comunidad.”
Para lograr estos objetivos, el especialista destacó el rol de organizaciones no gubernamentales como, en Estados Unidos, el Center for Science in the Public Interest (CSPI), especializado en cuestiones nutricionales, que “defiende al consumidor, presiona a los organismos gubernamentales y ‘escracha’ a las empresas para que se generen alimentos saludables. Son organizaciones que cuentan incluso con equipamiento técnico sofisticado como para, por ejemplo, analizar la composición de los productos”.
En Estados Unidos el etiquetado obligatorio desde 1993 incluye las cantidades de calorías, grasa total, grasas saturadas, colesterol, sodio, potasio, fibra dietaria, azúcares, proteínas y vitaminas, en relación con los valores máximos diarios admitidos. Desde el año pasado, también debe consignarse la cantidad de ácidos grasos “trans”.