SOCIEDAD
Pintados de cuerpo entero
Por J. N.
En el Salón de Pasos Perdidos, en el Congreso Nacional, cuelga un gran retrato de Julio A. Roca, pintado por Blanes, que según la historia oficial fue sufragado mediante una colecta de los partidarios del general luego de la agresión de la que fue objeto, al final de su presidencia, cuando se dirigía de la Casa Rosada a la vieja sede del Parlamento, pocos metros distante. Recibió entonces una trompada, y así, sangrante, fue y pronunció igual su discurso ante los legisladores. Luego perdonó a su agresor, un desocupado, y le dio un empleo público.
Conmovidos por ese gesto, sus admiradores, quisieron homenajearlo con un retrato alusivo, que Roca donó posteriormente al Congreso. Pero Lotersztain decidió investigar esa versión tan edificante. Y descubrió que el Banco Nacional, que no tenía por costumbre efectuar donaciones, esa vez aportó el dinero para saldar la cuenta con el pintor, porque la colecta había reunido muy poca plata. El aporte fue, según los libros, de 80.000 pesos oro, con lo que se supone que Blanes, que tenía una pensión oficial uruguaya de 55 pesos mensuales, había pedido una fortuna por su obra. La conjetura más verosímil es que el dinero jamás llegó a su presunto destinatario.