SOCIEDAD
Un atractivo para la ciencia ficción
Por Leonardo Moledo
En el año 1655, el holandés Christiaan Huygens, que con el tiempo llegaría a ser uno de los científicos más grandes de Europa y de su época, y que a la sazón no había cumplido los treinta años, y que ya fabricaba sus propios telescopios, hizo la seguidilla de descubrimientos astronómicos más importantes desde Galileo: entre muchos otros objetos, describió por primera vez los anillos de Saturno (que a Galileo se le habían escapado, aunque los vio) y la gran luna de Saturno, Titán. Fue uno de los científicos más notables de todos los tiempos, y más allá de la astronomía, Huygens inventó el reloj de péndulo y la bomba neumática, enunció en su obra más conocida, El tratado de la luz, los principios de la reflexión y refracción de la luz, y fue el primero en proponer una teoría ondulatoria de la luz que enfrentara a la corpuscular de Newton.
En 1976, Arthur Clarke publicó Regreso a Titán, una novela que transcurre en el año 2276. La acción se desarrolla ya en la gran luna de Saturno, donde se han instalado los hombres, ya en la Tierra, y se muestra que, en el fondo, con el progreso y la expansión hacia el espacio, y la colonización de otros mundos, nada ha cambiado: las pequeñas ambiciones, la estupidez, la pequeñez y la mezquindad siguen gobernando las relaciones humanas, y la disputa por las fuentes de energía, las relaciones económicas. Como dato interesante, vale la pena señalar que en ese mundo (o mundos) del futuro, la clonación es un método reproductivo perfectamente aceptado (naturalmente, no el único).
En realidad, Titán fue uno de los temas recurrentes de la ciencia ficción, además de la novela de Clarke. Así están: Exploración en Titán, de James Blish; Ojos de ámbar, de Joan D. Vinge, una novela fantástica ambientada en este satélite, y Naufragio en Titán, del español Javier Redal, una buena muestra de la ciencia ficción dura escrita en español, entre muchas otras. Sin olvidar Las sirenas de Titán, del conocido escritor norteamericano Kurt Vonnegut (Matadero 5, Madre noche). Isaac Asimov utiliza a Titán como uno de los escenarios de la serie de Lucky Starr, en Los anillos de Saturno. No es para extrañarse mucho: la atmósfera de Titán, una de las pocas atmósferas como la gente del sistema solar, permite fantasear con vida, con colonización, con quién sabe qué.
Quién sabe qué, ésa es la cuestión. Hoy, a la noche, Christiaan Huygens, el descubridor de Titán, se desprenderá de la sonda Cassini y emprenderá su viaje hacia el satélite. Y ahí veremos.