EL PAíS › DE MALHUMOR, EL EX PRESIDENTE CASI NO SE HIZO VER
Solo, como Menem en La Rioja
Sin dirigentes de peso que lo acompañen, Menem dedicó su primer día en la Argentina a jugar al golf. Hoy llegan Bolocco y Máximo.
Por Luis Bruschtein
“Menem se encaminó anoche para transformarse en jefe de la oposición”, tituló ayer el diario menemista El Independiente, de La Rioja, en el artículo que da cuenta del retorno del ex presidente a la Argentina. Pero ayer, el día siguiente del retorno, tras la gran caravana de recepción y el acto regular en el centro de la ciudad, la rutina de Carlos Menem estaba más cerca de la soledad y el malhumor que del hipotético y disputado liderazgo de las fuerzas de centroderecha. Empecinado, en la única entrevista que concedió, el ex presidente no descartó presentarse como candidato a senador en las elecciones del año próximo.
Cuando Menem se instaló en Chile hace sólo nueve meses era todavía el caudillo de centroderecha que más votos había obtenido en la elección presidencial, e incluso se había consagrado como el ganador de la primera vuelta, con un considerable caudal electoral. Pero en estos nueve meses pareciera que ese capital político se hubiera esfumado. Ricardo López Murphy, que en la elección presidencial obtuvo muchos menos votos que Menem, se permitió desairarlo en público y desechar una oferta de alianza sugerida por el ex presidente. Lejos de estar pendientes de su retorno, el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, lanzaba su propia candidatura y Mauricio Macri o el mismo Adolfo Rodríguez Saá no se dieron por aludidos.
Los viejos figurones del entorno menemista tampoco se hicieron ver demasiado. Algunos decían que por una decisión del mismo Menem y otros simplemente porque cada quien había tomado su camino. El polémico Ramón Hernández, su ex secretario personal, rondó el palco del acto tratando de no ser muy visible, pero ayer acompañó al ex presidente en su juego de golf, que se extendió durante toda la mañana y parte de la tarde.
Lo cierto es que mucha gente que participó en la caravana no asistió al acto de la noche del miércoles. Eduardo Menem calculó la cantidad de asistentes en diez mil personas, pero difícilmente pasaran de los cinco mil, que si bien no es una mala cifra para La Rioja, tampoco alcanza para sostener la imagen de un retorno con gloria. Menem lucía muy cansado por el viaje y malhumorado, pero cambió automáticamente cuando comenzó su discurso con gran energía y la garra de un político veterano.
Tras el acto, el ex presidente asistió a una cena con cerca de 200 personas en una parrilla de La Quebrada. No parecía un acto para recibirlo, sino una retribución a su hermano Eduardo, ya que la mayoría de los asistentes eran punteros de ese sector del justicialismo riojano, dispuestos a pagar los 20 pesos del cubierto para compartir la cena con el caudillo centroderechista. Ya entrada la madrugada, Menem se reunió con un grupo de amigos cercanos entre los que se encontraban su hermano Eduardo y el empresario Tico Naz, en cuya casa pasó la noche.
Un poco a desgano y con evidentes signos de cansancio, en la cena accedió a intercambiar algunas frases con los periodistas. Insistió en que regresaba sin rencores y dispuesto a hacer una oposición constructiva. Cuando le preguntaron si le dolía la ausencia del gobernador Angel Maza, respondió que éste estaba obligado a una doble fidelidad: “Ser fiel a los amigos y los afectos y al mismo tiempo ser fiel a las necesidades del pueblo riojano”. De todos modos expresó su seguridad de que “la próxima vez”, Maza estará presente.
Su retiro en la casa de Tico Naz confundió a muchos periodistas, ya que la agenda indicaba que pernoctaría en su casa de Anillaco, La Rosadita, y muchos partieron ayer temprano a esa localidad, a cien kilómetros de la capital riojana. Sin embargo, Menem permaneció en La Rioja y avanzada la mañana se dirigió al club de golf. Se había hablado de la posibilidad concreta de que convocara a una conferencia de prensa en Anillaco, pero la posibilidad se diluyó. Era evidente que Menem no estaba dispuesto a confrontar con la prensa. En su entorno se comentó que la cobertura de los medios nacionales que se publicó ayer sobre su retorno lo había puesto de pésimo humor. Algo así debió pasar porque al contrario de la buena disposición que tuvo tradicionalmente con la prensa, ayer evitó hacer declaraciones a la guardia periodística que se instaló fuera del club de golf durante varias horas bajo un sol demoledor y 38 grados de temperatura. En un momento mandó a uno de los ordenanzas para que recogiera una lista de medios y periodistas. La lista se hizo, pero evidentemente a Menem no le gustó o no estaba de humor porque la reunión con la prensa no se hizo y solo atendió a un medio televisivo, al que le adelantó su posible candidatura a senador.
Eduardo Menem, Ramón Hernández y Tico Naz jugaron golf con él. No hubo políticos ni rebotes importantes de su vuelta. Pero en su entorno trataron de disimular esta situación haciendo correr versiones. Una de ellas aseguraba que Maza estaba jugando golf con él. Otra aseguraba que Sobisch estaba viajando para verlo. Pero ni Maza ni Sobisch. El caudillo riojano deberá remontar una cuesta mucho más difícil de la que pensaba, pero se equivocan quienes piensen que se dará por vencido y efectivamente en su discurso del miércoles demostró que está dispuesto a dar batalla. Por lo pronto, hoy arribarán a La Rioja su esposa Cecilia Bolocco y su hijo Maxi, con quienes se dispone a pasar las navidades en Anillaco.