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El malestar y la incertidumbre que existe entre el personal de Southern Winds, que todavía no terminó de cobrar sus sueldos de febrero, se tradujo ayer en algunos trastornos en el Aeroparque y en Ezeiza, donde anoche estaba demorado el vuelo que debía partir a Madrid. Pese a todo, la compañía aclaró que “la empresa opera con normalidad” y consideró que es “entendible la incertidumbre del personal”, que además amenazó con un paro. En un breve comunicado, la firma aérea adelantó que “habrá respuestas a la situación planteada” por los trabajadores. Los empleados de SW advirtieron que irán al paro si la empresa no aclara la “nueva situación laboral” de la planta, que se reconfiguró luego de la caída del convenio entre la aerolínea y la empresa estatal aérea Lafsa.
Según el delegado gremial Luis Vallejo, el pago de los sueldos no fue cancelado en su totalidad. En respuesta a la amenaza de la medida de fuerza, la empresa emitió el comunicado y a través de sus voceros sostuvo que “salvo excepciones, no se registran demoras” en las partidas de los vuelos. En apoyo de los trabajadores de SW, cuatro gremios aeronáuticos informaron que iniciaron reuniones con funcionarios de la Secretaría de Transporte de la Nación para “evaluar las acciones a seguir” y garantizar el cumplimiento de la normativa laboral del sector. Se trata de la Asociación de Pilotos de Lafsa (APL), la Asociación de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Empresas Aerocomerciales (Atcpea), la Unión del Personal Superior de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA). Los gremios consideraron “crítica” la situación de Southern Winds y exhortaron a que “la Justicia investigue a fondo la cuestión del narcotráfico”.
En la mañana de ayer, cerca de 30 empleados de Lafsa, antes asociada a SW, realizaron una asamblea en el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery para buscar soluciones a su conflicto laboral. Guillermo Lozada, vocero de la Fuerza Aérea, indicó que la asamblea se desarrolló “en forma pacífica” en el sector de preembarque de vuelos de cabotaje. Y reiteró que las deliberaciones de los empleados “no ocasionaron ninguna demora en los vuelos”.