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“Es claramente absurda y discriminatoria.” Así evaluó el abogado Pablo Slonimsqui, especialista en temas de discriminación, la decisión de la Embajada de Estados Unidos de negarle la visa a Fernando Peña por ser portador del virus VIH.
–¿Es legalmente aceptable?
–Es una barbaridad. Es una medida repugnante porque es arbitraria. En el caso de un portador de VIH no advierto una razón aceptable para prohibirle el ingreso a un país. El riesgo sanitario de una nación, en este caso, es ínfimo. El sida es una enfermedad extendida por todo el mundo –incluido Estados Unidos– y todas las personas saben por qué formas se contagia. Negarle la visa a una persona por el mero hecho de que es portadora del virus es una discriminación intolerable.
–¿Le sorprende una decisión de esta naturaleza?
–No, Estados Unidos muestra un desprecio espectacular por todos los instrumentos internacionales de Derechos Humanos. Podría justificarse, sería razonable, en el caso de otras enfermedades graves que pueden transmitirse por contacto entre personas.
–¿Qué podría hacer Peña?
–Es muy difícil doblegar la voluntad de Estados Unidos, con lo cual me parece que Peña se va a quedar sin ir a ese país. Es una decisión tan arbitraria como la lista negra en la que estaba incluido Gabriel García Márquez hasta hace poco, que por comunista no lo dejaban ingresar. Este tipo de normativa lo que genera es inducir a la gente a mentir. Si Peña hubiera dicho que no era portador de VIH seguramente no hubiera tenido problemas para viajar porque le pueden revisar la valija, pero no lo pueden obligar a hacerse un análisis en el aeropuerto.