SOCIEDAD
Cómo abandonar el paradigma represivo
Por Mariana Carbajal
–Muchos de los adolescentes que delinquen fueron antes chicos de la calle. ¿Cómo se puede evitar que lleguen a la calle?
–Hay dos caminos. El primero es el más practicado en nuestra región, que es el camino del ciclo perverso del control social de la niñez apartada de la escuela y de la familia. En este ciclo hay varias etapas. En la primera, la presencia del niño en la calle ya justifica por sí misma el alerta y la represión. La segunda es la aprensión de los niños. La tercera, su pasaje por procesos de derivación. La cuarta, su rotulación como niño desasistido, abandonado, en riesgo, de la calle. La quinta, su deportación lejos de la familia y la comunidad de origen y su confinamiento en instituciones. Esta es la respuesta en el paradigma de la doctrina jurídica de la situación irregular. Vamos a ver la misma situación con los anteojos de la doctrina de la protección integral de los chicos de la calle basada en la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Ya no son los niños los que están en situación irregular: la familia, el Estado, la sociedad son las que están en deuda con ese niño. En segundo lugar, ¿qué debemos hacer? Ver a este niño como violado o amenazado de violación de sus derechos. En tercer lugar, encaminarlo hacia la familia y los servicios sociales necesarios en sus circunstancias. En cuarto lugar, no se debe ayudar al niño para que el niño ayude a su familia. La conducta correcta de la sociedad y el Estado debe ser ayudar a la familia para que la familia ayude al niño. En caso de despresurización de la cabina de un avión, caen las máscaras de oxígeno, pero primero deben colocársela los padres y después ayudar a ponérsela a los niños. En este tema ocurre igual. Después hay que requerir, en base a la ley, que los demás servicios funcionen. Si el niño tiene sus dientes dañados o tiene parásitos, no es él quien está en situación irregular sino el sistema de salud. Hay que incluirlo en los derechos básicos. Como dije antes, hay dos formas de ver el problema.