Domingo, 9 de diciembre de 2007 | Hoy
NOTA DE TAPA
Por Roberto Navarro
Sólo con lo que se evade de IVA se podría triplicar el presupuesto en Salud. La AFIP estima esa cifra para 2007 en 16.507 millones de pesos. Luego de más de 12 mil ajustes por evasión realizados en el año en curso, el ente recaudador calcula que el monto que se evade en el impuesto a las Ganancias puede llegar a duplicar al de IVA. En Seguridad Social el incumplimiento es del 35 por ciento, concentrado en los ingresos más bajos, por lo que se estima en algo menos de 10 mil millones de pesos. En síntesis, a pesar de que en los últimos cuatro años la AFIP redujo la evasión significativamente, sólo en estos tres conceptos, los más fáciles de evadir, el fisco deja de percibir anualmente casi 55 mil millones de pesos, suficiente para duplicar el monto de todas las jubilaciones y pensiones.
El mito de que los que evaden son los más chicos se rompe ante las frías cifras que brinda el equipo de estudios de la AFIP. El 80 por ciento de la evasión está concentrado en las 300 empresas más grandes del país. Estas compañías representan menos del 50 por ciento de las ventas anuales. El dato no es casual. Según los especialistas del ente recaudador, los pequeños contribuyentes pagan la mayor parte de sus impuestos vía retenciones que les realizan sus proveedores. Así, lo que les resta por pagar es poco y les resulta mayor el riesgo a ser descubiertos que la tentación de evadir. Por eso, en épocas de bonanza, tienden a ir pagando cada vez más.
Los grandes contribuyentes no cambian su conducta según el ciclo económico. O bien contratan grandes estudios legales y contables o cuentan con equipos propios. Esos profesionales están abocados a tratar de que las grandes compañías paguen la menor cantidad de impuestos en todo momento, sin importar el monto de sus ganancias. Estos equipos, en muchos casos nutridos por ex profesionales de la AFIP que se fueron en los ‘90, tienen la capacidad de evadir con métodos sofisticados o bien eludir, es decir jugar al borde de la ley o interpretarla de acuerdo con sus intereses.
El cambio de patrón de producción a partir de la megadevaluación de 2001 modificó el mapa de la evasión. Ahora es la industria el sector que más evade. El 41 por ciento de las empresas a las que la AFIP les realizó ajustes este año fueron industrias. El monto reclamado superó los 1500 millones de pesos. Aunque el rubro incluye a la construcción, este sector ya no se distingue de otros, como el textil, el calzado o la indumentaria. El fortísimo crecimiento de estos rubros se dio en muchos casos comprando insumos en negro, tomando personal no registrado, computando créditos fiscales falsos y gastos que no corresponden en su declaración de Ganancias y comprando facturas apócrifas.
En el caso de la construcción, un sector históricamente informal, también las formas de evasión cambiaron. Fuentes de la AFIP explicaron a Cash que ya casi no existe la figura clásica del constructor. “Hoy los que construyen son gerenciadores, que subcontratan a diez o doce empresas que hacen la yesería, el hormigón, la electricidad, la plomería y todos los distintos rubros. De esta manera se multiplica la fiscalización y a la vez el gerenciador tiene muchas más posibilidades de evadir por subfacturación.”
Luego de dos años de importante recuperación, el sector financiero no sólo se volvió a posicionar como un factor importante en la economía; también volvió a aparecer en la AFIP como uno de los que más evaden. En 2007 sufrieron ajustes por 667 millones de pesos, monto que representa el 18 por ciento del total que la AFIP logró recuperar. Aunque en el país operan menos de cien bancos, en 2007 se realizaron 202 ajustes, la mayoría en esas entidades. Según fuentes de la AFIP, los bancos realizan ajustes técnicos indebidos, imputan quebrantos por incobrabilidad aún no comprobados, manejan diferencias de tipo de cambio y realizan previsiones en exceso, entre otras formas de evasión y elusión.
El tercer sector que más ajustes soportó en 2007, por lo que se presume también es el tercero que más evade, es el de servicios. Se le reclamaron 557 millones de pesos, el 15 por ciento del total de los ajustes que realizó la AFIP en 2007. Dentro del sector, un rubro que estuvo fuertemente controlado por su enorme crecimiento fue el de los restaurantes. En este caso, la forma de evadir sigue siendo la clásica: no emiten el ticket o factura. También en los servicios públicos se encontraron con declaraciones de ganancias menores a las reales, de la mano de la compra de facturas apócrifas.
A pesar del boom de la cosecha y venta de granos, el sector primario sólo fue pasible del 13 por ciento de los ajustes de 2007, por un monto de 496 millones de pesos. Una de las razones de la caída en la evasión del campo es que el IVA se bajó al 10,5 por ciento. Y que al productor se le retiene el 8,5 por ciento en el momento de la venta. El problema, por lo tanto, está circunscrito a las ventas al exterior de las grandes cerealeras que continúan subfacturando vía triangulación con paraísos fiscales. Pero ese factor de evasión también disminuyó a raíz de distintas medidas que fue tomando el ente recaudador para controlar los precios de transferencia.
El comercio siempre se caracterizó por su informalidad, pero la bancarización de sus operaciones y el eficiente cruce de datos de la AFIP fueron cerrando el camino para que puedan seguir evadiendo como lo hacían en el pasado. Así, en la actualidad, aparecen como los que menos evaden. En 2007 sólo recibieron ajustes por 454 millones de pesos, el 12 por ciento del total. La devolución de IVA que realiza la AFIP por compras con tarjeta de crédito y débito incrementó el uso del plástico en las compras minoristas, lo que hace más difícil disimular los montos de facturación.
El mapa de la evasión también es geográfico. Aunque la mayor parte está concentrado en las provincias más ricas del país: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe; la mayor cantidad de evasores se encuentra en las más pobres: Chaco, Formosa, Misiones, Jujuy y Tucumán. Ante la ideas de que era lógico que los más pobres intentaran evadir por cuestiones de supervivencia, fuentes de la AFIP afirmaron que la cantidad de evasores hace pensar en cuestiones que superan ese razonamiento. “En un país tan extenso, el hecho de estar tan lejos de los centros de poder disminuye la sensación de riesgo”, aseguró un importante funcionario a Cash. “Por otra parte –agregó–, en provincias que han llegado a altos grados de informalidad, por más que progresen, es más difícil romper la inercia de la evasión.”
Los métodos de evasión varían según el sector y van mutando a partir de los cambios tecnológicos y de los nuevos caminos que tienen que ir buscando los especialistas de las empresas cada vez que la AFIP mejora su eficiencia. Pero hay una forma de evasión que no deja de crecer y que, según informes internacionales, se ha convertido en la principal preocupación de los entes recaudadores del mundo: las facturas truchas. Parece simple, pero es uno de los métodos más difíciles de controlar. En las inspecciones de los últimos dos años la AFIP encontró realizando estas maniobras a las principales empresas de servicios públicos, industrias, bancos y hasta productoras de televisión de primer nivel y fama. Las compran para así presentar más gastos y pagar menos ganancias. Sus proveedores son usinas de facturas apócrifas sin domicilio fijo y con conexiones al más alto nivel.
En 2001 la evasión en el IVA era del 30 por ciento, en la actualidad disminuyó al 21 por ciento, una de las más bajas de Latinoamérica. Hace cuatro años el impuesto a las Ganancias representaba el 2,7 por ciento del PBI, este año llegará al 6,0 por ciento. Según el titular de la AFIP, la mejora se debe “al aumento de la actividad, a una mejor predisposición de los contribuyentes a tributar y a una mejora en la eficiencia general del ente recaudador”. A pesar de eso, la evasión alcanza los 55 mil millones de pesos, diez veces el presupuesto en Salud y el doble de lo que se gasta en jubilaciones y pensiones.
A pesar de que en los últimos cuatro años la AFIP redujo la evasión significativamente, el fisco deja de percibir anualmente casi 55 mil millones de pesos.
El 80 por ciento de la evasión está concentrado en las 300 empresas más grandes del país.
La industria es el sector que más evade. Al 41 por ciento de las empresas de ese sector la AFIP le realizó ajustes este año.
El sector financiero no sólo se volvió a posicionar como un factor importante en la economía; también volvió a aparecer en la AFIP como uno de los que más evaden.
Aunque la mayor parte está concentrado en las provincias más ricas del país: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, la mayor cantidad de evasores se encuentra en las más pobres: Chaco, Formosa, Misiones, Jujuy y Tucumán.
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