AGRO › REUNION MERCOSUR-UNION EUROPEA POR SUBSIDIOS AGRICOLAS
Demanda de compensaciones
Por Susana Díaz
|La reunión Mercosur-Unión Europea realizada esta semana en Brasilia sentó un positivo antecedente para el tratamiento del problema de los subsidios agropecuarios de los países centrales. La Argentina pidió a la UE que, frente a la eventual creación de una zona de libre comercio con el Mercosur, compense a la región por el daño que los subsidios provocan a las exportaciones locales.
Si se compara la productividad de los sectores primarios de Estados Unidos, Japón y la Unión Europea con la de países como Argentina o Australia, se encontrará que en los primeros es muy inferior y, por lo tanto, sus costos de producción son abrumadoramente mayores. La teoría de las ventajas comparativas extendida al comercio internacional indicaría que estos países deberían ceder la producción primaria a los países económicamente más eficientes, esto es, a muchos países en desarrollo y del tercer mundo. Sin embargo, los mismos países que defienden esta teoría cuando se trata de sus manufacturas son los que aplican costosísimas políticas de subsidios a sus sectores agropecuarios.
Según cifras del Banco Mundial, estas transferencias alcanzan los 1000 millones de dólares “diarios”, situación que evidencia la flagrante contradicción entre el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio. La historia es conocida: mientras el FMI reclama a los países más pobres la eliminación de cuanto subsidio aparezca en sus presupuestos, la OMC se muestra tolerante con el mismo accionar en los países centrales.
Los negociadores argentinos saben, sin embargo, que el pedido a la UE no terminará con el desmantelamiento de la Política Agraria Común (PAC), pero la demanda de compensación pone en primer plano el verdadero interés del país en las negociaciones: los efectos distorsivos de los subsidios sobre el grueso de las exportaciones. La UE, mientras tanto, continuó argumentando que la discusión agrícola debe relegarse a la próxima ronda de la OMC, que finalizará recién en 2005.
El balance del encuentro es que la “zona de libre comercio” entre las dos regiones todavía está lejos. Los europeos, por ahora, no piensan retroceder en su política de subsidios y proponen trabajar en una agenda menos pretenciosa, esto es, en la reducción de aranceles y el tratamiento de cuotas a la importación.