Papa Noel
El 28 de diciembre publiqué un artículo titulado “Que la inocencia les valga” explicando que no estaban sentadas las bases estructurales para un crecimiento sostenible, y que una vez más los argentinos estábamos comprando espejitos de colores, que luego de la elección se mostrarían inútiles. Ante la elección observo con preocupación la cada vez más probable materialización de mis predicciones. El próximo presidente tendrá, entre otras cosas, que establecer aumentos tarifarios y empezar a pagar la deuda pública –incluida la compensación a los bancos–. Las consecuencias de lo primero será más inflación y menos poder adquisitivo de los golpeados salarios. Las de lo segundo, aun cuando se establezcan quitas del orden del 70 por ciento para el tramo externo, implicarán la necesidad de generar un superávit fiscal del doble del actual (si se conceden aumentos salariales la situación será todavía peor), para lo que será necesario o aumentar la recaudación o bajar el gasto. La combinación de lo primero y lo segundo, en un contexto donde las exportaciones no despegan y el crecimiento industrial se frena, generará un clima político de enorme malestar y resistencia hacia el nuevo presidente quien será visto como más de lo mismo. Sin embargo, la responsabilidad será de los argentinos que siguen creyendo en Papá Noel y luego se enojan con el que les cuenta que en realidad no existe. Claro es más fácil acusar a una clase política –que ellos mismos generaron– que reconocer la propia estupidez.
Martín Tetaz
Economista
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