DESECONOMíAS
Shiller contra Ferrer
Por Julio Nudler
La Argentina es un país muy peligroso, con lo cual se parece más a la regla que a la excepción en este mundo. Por tanto, pocos están dispuestos a realizar inversiones, y menos las de lenta maduración. Nadie puede predecir cuándo sobrevendrá la próxima crisis, y quién querrá en ese caso acudir al rescate. Pero el riesgo se reduciría si la Argentina hubiese acordado una suerte de seguro mutuo con, digamos, Sudcorea, por el cual cuando uno de los dos países goce de un buen ciclo debería auxiliar al otro, si éste anda en la mala.
La idea, extendida a personas, sectores y naciones enteras, es lo que en esencia propone Robert J. Shiller, un profesor de Yale, que tres años atrás cobrara celebridad con Exuberancia irracional, un libro sobre la burbuja bursátil en Estados Unidos. Su nuevo libro, editado por la Princeton University, se llama El nuevo orden financiero (está en inglés) y postula algo así como lo contrario al “vivir con lo nuestro” de Aldo Ferrer. Para Shiller, lo del buey solo bien se lame ya no funciona: prosperar en soledad conduce a la ruina, sobre todo para los débiles.
En el fondo, pretende generalizar el concepto de los seguros colectivos, pensando en un mundo ligado por interpretaciones sucesivas, en el que cada uno pagaría según el buen momento que estuviese atravesando. Esto, obviamente, exigiría diagnósticos precisos sobre el estado de individuos, compañías, países. Pero, de por sí, la privacidad está en plena regresión, acribillada por toda clase de medios electrónicos, y no otra cosa sucede con los secretos nacionales. La aspiración a los productos customizados, a la excepcionalidad, sucumbe con la crisis del capitalismo.
¿Pura charlatanería? Tal vez. Pero las víctimas económicas –empresas, ramas de la economía o países enteros– de sucesos como un ataque terrorista, la guerra contra Irak o la neumonía atípica desearían fervientemente contar con ayuda. Las acechanzas son tantas y tan impredecibles que más conviene estar preparados.