¿El servicio postal tradicional que brinda el Correo está en riesgo de extinción?

–Hay una tendencia que marca su disminución. La masificación del teléfono, el fax y el e-mail hace que haya muchos sustitutos a la carta tradicional, pero el desarrollo tecnológico también abre nuevas oportunidades. La compra electrónica antes no existía y hoy alguien tiene que llevar a la casa del consumidor lo que éste compra por Internet. Además, nosotros prestamos servicios electorales y financieros, brindamos logística para clientes corporativos y pagamos pensiones y jubilaciones en lugares donde no hay bancos. El desafío del correo es incorporar nuevos nichos de negocio. Esto se hace en todo el mundo porque el problema de la caída del volumen postal no es solamente de Argentina.

¿Por qué decidieron mantener la línea gerencial heredada de la administración Macri?

–Cuando asumimos quedaron desplazados el directorio de la sociedad anónima y los asesores del directorio, pero el decreto de rescisión transfirió al Estado la totalidad del personal.

¿Los gerentes también?

–Todo el personal. Nosotros tomamos la decisión de seguir confiando en ese personal que venía del sector privado, a los fines de garantizarles seguridad a los clientes y evitar que se pudiera pensar que volvíamos con la filosofía del Estado del pasado. Lo hicimos de esa manera para demostrar que no veníamos a cargar a la empresa con nuestros propios colaboradores. Consideramos que lo realmente trascendente es el perfil que tiene la nueva conducción de la empresa. El resultado está a la vista.

El gerente general, Rafael Sardella, también integró la empresa durante la gestión de Macri.

–Sí, pero Sardella no era gerente general sino gerente de un área.

¿Ustedes lo ascendieron?

–Entre las promociones que hubo estuvo la de él.