Los beneficios que otorga el Gobierno también contemplan a las pymes. El año pasado se lanzó un Régimen de Bonificación de Tasas a través del cual el Estado subsidiaba el 25 por ciento de las tasas más bajas ofrecidas por los bancos a las pymes. En febrero se amplió el subsidio al 50 por ciento y se introdujeron cupos por regiones para garantizar un reparto federal de los recursos.

El mecanismo es sencillo: el Gobierno hace un llamado a licitación para saber cuáles son los bancos que están dispuestos a ofrecer la tasa más baja y sobre esa tasa se aplica una rebaja del 50 por ciento subsidiada por el Estado. En el llamado de mayo las tasas ofrecidas oscilaron entre 3,5 y 8 por ciento. Por lo tanto, en términos reales la tasa para las pymes terminará siendo negativa.

En la Ley de Promoción de Inversiones en Bienes de Capital y Obras de Infraestructura las pymes también están contempladas aunque con un monto de 200 millones de pesos anuales sobre un total de 1200 millones.

Otra medida se aprobó en noviembre del año pasado cuando se reglamentó la ley 25.922 para fomentar la industria del software, compuesta en su mayoría por pequeñas y medianas empresas. Entre los beneficios se incluyó estabilidad fiscal por 10 años y el otorgamiento de un bono, equivalente a las contribuciones patronales que abonen por la nómina salarial de su personal, que se puede utilizar para cancelar otros impuestos nacionales. Además, se exceptuó a las empresas de toda restricción presente o futura para el giro de las divisas y se creó un fondo fiduciario con recursos públicos para financiar proyectos de investigación y desarrollo de actividades relacionadas al software.