FEDERICO POLI ECONOMISTA DE LA UIA
“Solamente podemos salir profundizando el Mercosur”
¿Los capitales se están yendo de Latinoamérica sin diferenciar situaciones particulares?
–Lo que queda claro es que se revirtió el proceso de ingreso de capitales. En los noventa había mucha liquidez y llegaban en masa. Hoy vuelve la sequía de los ochenta. Esto se debe en gran parte al sobreendeudamiento de las economías, que eso es lo que comparten Argentina y Brasil. Ellos, eso sí, tienen una historia distinta. Durante los noventa tuvieron calzado su déficit con inversión directa y nosotros con inversión financiera, que levanta vuelo rápido.
Además, la deuda de Brasil es mucho más baja en relación a su PBI.
–Sí y, en realidad, la deuda externa brasileña significa sólo el 10 por ciento del producto. La deuda interna es del 44 por ciento del PBI, pero es en reales. Estos datos marcan una diferencia que en una crisis regional, quizá, no se vea claramente.
¿Las políticas comunes las llevaron a desenlaces similares?
–El modelo que signó el comportamiento de las economías de la región fue el denominado consenso de Washington. Esto no significa que la aplicación de ese modelo haya sido la misma. Brasil mostró que, aunque siguiera esa línea, en el manejo de su economía se mantenían presentes los intereses nacionales. Y Argentina fue la aplicación más irresponsable de esos preceptos. Acá se hizo una interpretación irracional de las ideas que expresaba el consenso. Nadie dijo que había que tener tipo de cambio atrasado, por ejemplo. Lo que sí se le pidió a todos estos países fue apertura y privatizaciones, y eso se hizo en toda la región.
¿Cómo se sale de una crisis en la que Argentina influye negativamente sobre Brasil y la crisis brasileña rebota acá?
–No necesariamente los tres países tendrán atada su suerte. Uruguay es el país que puede sufrir una situación de mayor gravedad hacia futuro. Lo que está claro es que a la Argentina le conviene una fuerte mejora de Brasil. Así tracciona la demanda. Ahora las exportaciones en Argentina son muy importantes y Brasil es el gran cliente. Es importante que se termine la volatilidad de la economía brasileña. Nosotros estamos en la situación paradójica de tener el tipo de cambio real más alto de las últimas décadas y una situación de relativa competitividad frente a Brasil. Ganamos menos del 20 por ciento de competitividad con ellos respecto a diciembre pasado. Y Brasil es el mercado al que naturalmente deberíamos exportar.
¿La crisis regional y el maltrato norteamericano pueden ser una oportunidad de enfrentar problemas comunes de manera conjunta?
–No creo que vaya a producirse una negociación de la deuda conjunta, pero sí una profundización del Mercosur. Sin duda que ése debe ser el camino a seguir, porque es la mejor estrategia. El tema es hacerlo bien. Las devaluaciones de estos últimos meses dejan al descubierto lo endeble que fue el proceso de construcción del pacto regional. No hay instrumentos de convergencia macroeconómica ni de administración del acuerdo comercial. Son dos economías inestables sin red. Ellos nos pueden inundar de productos un día y después el tema se da vuelta. Así nadie puede planificar a largo plazo.