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Por R. N.

Este año el Gobierno conseguirá el descenso de la tasa de desocupación más brusco de la historia. En seis meses caerá del 21 a menos del 16 por ciento. La explicación para esa buena noticia en medio de tamaña crisis es que el Indec tomará a muchos de los beneficiarios del Plan Jefes y Jefas de Familia como subocupados y no como desempleados. En declaraciones a Cash, la ministra de Trabajo, por desconocimiento o por no querer aceptarlo, negó que la medición se fuera a efectuar de esa manera (ver aparte). Pero este suplemento confirmó esa información con el Indec y, además, comprobó que en mayo pasado, cuando se entregaban 350 mil subsidios mensuales, ya se tomó a los desocupados que recibían el plan y realizaban una contraprestación mínima como subocupados.
Tanto el titular de la Consultora Equis, Artemio López, como los especialistas del Indec consideran que, con este método, en la próxima medición el índice de desempleo descenderá alrededor de cinco puntos. Y la tasa de subocupación crecerá en la misma proporción. El impacto que tendrá el plan en el registro oficial de desocupación va a depender de la cantidad de beneficiarios que estén buscando empleo en la semana de la encuesta y de los que estén realizando alguna tarea como contraparte. Se espera que el plan disminuya sensiblemente la cantidad de personas que buscan trabajo, parámetro sobre el cual se mide el desempleo.
El Indec elaboró un informe con indicaciones para entregar a los encuestadores explicando cómo tomar a los beneficiarios del subsidio. Cash tuvo acceso a ese documento que deja claro qué piensa el ente oficial sobre la forma en que se distribuye el Plan Jefes y Jefas de Familia: “No todas las personas que tienen un plan de empleo ejercen una actividad laboral, ya que el plan no se entrega a cambio de una contraprestación laboral, sino como favor político”, dice textualmente el manual de instrucciones del Indec.