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En la AFIP hubo varios retiros voluntarios. Se fue personal de muy buen nivel a empresas privadas. ¿Piensa que en algunos casos está en desventaja con el sector privado?

–No. Creo que hoy la AFIP está en condiciones de trabajar en todos los frentes. ¿Dónde podemos sentir que se necesita mayor nivel de información y un trabajo más profundo? Un ejemplo es en el comercio internacional. El manejo con paraísos fiscales y subfacturación requiere de una tecnología y de un acceso a la información que no depende de nosotros, que es dificultosa, con lo cual en eso hay que trabajar mucho. Sobre todo cuando empezamos a hablar de precios de servicios y no de precios de bienes, que son fáciles de cuantificar. Cuando se trata de contratos de transferencia de servicios se ingresa en una batalla compleja. Hay sectores en donde la Argentina tiene que avanzar en sus regulaciones. Cuando se trata de sistemas de control o fiscalización, hay que hablar de sistemas de redes. Entonces, cuando hay zonas en donde por algún motivo están fuera de ciertas regulaciones, la fiscalización se complica.

¿Cuáles?

–Tengo un caso puntual que es el de las asociaciones sin fines de lucro en el interior del país que trabajan casi como bancos. Basta ir a cualquier ciudad del interior y se ven mutuales que dan lo que llaman servicios de cajas.

¿Cuál es el problema?

–Se trata de actividades que se mueven en el marco de la elusión tributaria. Me preocupa que se trata de un sector que hace intermediación financiera, pero sin regulación del Banco Central. Entonces, el acceso a la información se complica. Existe un diseño que fue armado por la AFIP para acceder a información del sector formal que funciona muy bien. Pero hay sectores, como las mutuales, que no los tenemos dentro de la red de información y se nos van escapando. Tenemos que ir avanzando hacia esos sectores. Pero avanzando razonablemente. Avanzar es decir: empecemos a tener más información de estas mutuales, de estas cooperativas de crédito que dan servicios de caja, a quién se lo dan, por qué se lo dan. Son circuitos de dinero que hay que fiscalizar. Esta es, junto con la red de monotributistas, la segunda fuente relevante de información que vamos a rearmar.

Un problema que suele tener la AFIP es ganar los casos en la Justicia. Descubre el delito y cuando lo lleva a la Justicia después no puede cobrarlo.

–En general el tema de llevar un caso de evasión a la Justicia y hacer la persecución judicial es tan importante por el resultado monetario que se pueda obtener como por el ejemplo hacia el resto de los contribuyentes. La realidad es que si se quiere tener una organización de cobro hay que demostrar que se está dispuesto a llevar el cobro hasta ciertas circunstancias, aunque el resultado monetario no sea el esperado. No se recuperan las cifras que se reclaman por supuesto, porque la verdad es que hay muchas empresas que entran en quiebra, con lo cual hay muchos embargos que después terminan en poca plata.

¿En qué se avanzó y qué queda pendiente en materia de administración tributaria?

–En estos años la AFIP aprovechó al máximo sus capacidades tecnológicas. Por otra parte, ha armado un mecanismo de cruces de información y de agentes de retención que permitió que la recaudación haya ido avanzando siempre por encima del PBI. Esto demuestra que hemos tenido un aumento en la eficacia de la administración tributaria. Creo que ésta es una línea que una vez que se inicia, se retroalimenta. La realidad es que en materia de desarrollos tecnológicos el personal de la AFIP siempre aporta algo nuevo. Esta es una línea de trabajo que, lejos de ir agotándose, va avanzando hacia mayores niveles de eficacia. Además se está tratando de hacer cada vez más amigable la relación con el contribuyente. Creo que lo que hay que buscar, que es lo que se viene intentando, es que la relación con el contribuyente que quiere estar al día, en cumplimiento con sus obligaciones fiscales, sea lo más amigable posible. Y a su vez, que la fuerza de fiscalización, que no tiene que ser un sistema parapolicial, sino un sistema de fiscalización razonable, se enfoque en los núcleos de informalidad que seguimos teniendo en la Argentina.

¿Y lo que falta?

–Hay que aprovechar la inteligencia para utilizar lo que es la fuerza del Estado en los núcleos de informalidad, que todavía son fuertes en la Argentina. Creo que en el país hay dos tipos de informalidades. Pienso que todavía la Argentina es un país con brechas de desarrollo, tanto geográficas como por actividades. Hay actividades que tienen unidades económicas al más alto nivel mundial, y otras dentro de la misma actividad que están treinta años atrás.