Noemí Rial, secretaria de Empleo
“Se volvió una costumbre”
¿Por qué sigue creciendo la sobreocupación?
–Las empresas ya tienen la cultura de hacer trabajar más a los empleados que tienen. Y ahora les están pidiendo cada vez más horas de trabajo. Los empresarios dicen que temen contratar por los vaivenes de producción y los problemas gremiales, pero yo creo que la sobreocupación se está volviendo una costumbre. En la mesa del diálogo tratamos de reflotar el decreto 284 que dice que las horas extras no pueden ser más de dos por día y hasta 30 mensuales. Si se cae una línea de luz en un sector de la ciudad, se le puede permitir a la compañía de electricidad, por un tiempo, más horas extra, pero no lo puede pedir un shopping para atender al público. Ahí necesitan otro turno de trabajo.
¿Está de acuerdo con la estimación que dice que si se respetaran los horarios legales se podrían generar un millón de nuevos puestos?
–En este momento hay caída del empleo, entonces no se puede hacer un cálculo tipo regla de tres simples. Generaría puestos de trabajo en aquellas actividades que están en auge. Por eso estamos proponiendo volver al decreto 284.
¿El ministerio está en condiciones de controlar que se cumpla?
–Sí, nosotros, por vía del Consejo Federal del Trabajo, avanzamos bastante: en el caso del aumento de los 100 pesos logramos una buena tarea de control con el apoyo de las provincias.
¿Por qué, si existe esa capacidad de control, no pueden verificar que se paguen las horas extra?
–Desde el momento en que llegué a mi puesto, advertí que había un abandono del ministerio en controlar ese tema. Los inspectores estaban desmotivados y, además, muchos han pensado que si uno realiza un mayor control, esto genera más despidos. Creo que a partir de la experiencia de los 100 pesos todos los temas se pueden tomar.
¿Por qué organizaron una mesa de diálogo no vinculante?
–No pretendemos modificar la legislación laboral, sino dejar una posición para el próximo gobierno. Nosotros tiramos los temas para que se pongan de acuerdo los actores. El Estado tiene que jugar de árbitro, acá estamos acostumbrados a que nos digan qué hacer.
La responsabilidad es del Estado; cada empresario en particular va a pensar en su bolsillo y los trabajadores están en una posición de debilidad.
–Por eso nosotros vamos a arbitrar. Lo que pasa es que en la década pasada hubo un desmantelamiento del ministerio. No se preocuparon en inspeccionar ni en fomentar la negociación colectiva ni en ninguna de las funciones que tenían que ver con garantizar los derechos del trabajador. Ahora estamos empezando a tratar de recuperar algunas cosas. Quiero dejar instalado que cuando el ministerio toma una decisión, como en el caso de los 100 pesos, sale a auditar y la hace cumplir. Así vamos a recuperar el poder del Estado.