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Es posible hablar en UIA de conducción unificada, con respaldo homogéneo, cuando nuclea empresas con intereses contrapuestos? A veces dentro de un mismo sector: en la interna, Fiat apoyó su lista y Peugeot avaló la de Gotelli, que impulsaba Techint, por ejemplo.
–Entre las dos listas no hubo divergencias de intereses. Sólo que la nuestra es la que tiene más legitimidad y respaldo. Ahora estamos juntos. Nuestro comité ejecutivo es pluralista.
Pero al margen de la elección, ¿no hay socias con intereses distintos, opuestos a la mayoría, como las que integran las privatizadas?
–Yo creo que esa dicotomía no se expresa en los órganos de conducción de UIA. Para mí, incluso, la multinacional, una vez que está instalada merece el mismo trato que una nacional, porque invirtió y ocupa mano de obra local.
¿UIA y AEA rivalizan en la atención del Gobierno?
–UIA es una entidad gremial empresaria, como puede ser la Cámara de Comercio o la Sociedad Rural o la Asociación de Bancos de la Argentina. Mientras que AEA equivale a lo que en otro momento fue el Consejo Empresario Argentino: reúne a todos los sectores y se integra por las máximas autoridades de las empresas. No son cosas comparables.
¿Entonces UIA y AEA no son operativa ni filosóficamente incompatibles?
–Creo que no. El presidente de AEA, Luis Pagani, nos pidió una entrevista apenas asumimos, la tuvimos, y fue todo bien. No hay disputa porque somos muy diferentes.
¿Puede decirse que Techint quiere un modelo distinto al que postula la actual conducción de UIA?
–No había diferencia de modelo ni filosófica...
Pero Techint es uno de los grandes beneficiarios de la devaluación y pesificación. ¿No es lógico que tenga propuestas y expectativas diferentes a quienes no se beneficiaron con esas medidas?
–Prefiero no plantear las cosas en estos términos. Cuando acepté la candidatura pensé que iba a ser el candidato de una lista de unidad. A los treinta días me enteré de que habría una lista, con la que competí y gané. Ahora ya está.