Iris Scaccheri, icono de la danza contemporánea argentina e internacional, ya retirada de los escenarios, pero no del mundo artístico, es autora del libro Iris Scaccheri. Brindis a la danza. Exponente de la generación del ’60 y del Instituto Di Tella, unía la fuerza del movimiento con la apropiación del espacio escénico y la expresividad de su anguloso rostro y copiosa cabellera. Ese era su sello. Scaccheri no fue ajena a las artes plásticas: pintores como Antonio Berni, Guillermo Roux, Nicolás García Uriburu y Julio César Selim la retrataron; también fue esculpida por Antonio Pujía, fotografiada por Sara Facio, y participó en varias películas de la directora sueca Susan Osten. La muestra a modo de homenaje está compuesta por registros cinematográficos, numerosas fotos y videos que van desde 1965 hasta 2003 y dan cuenta de su dimensión escénica y de su reconocimiento internacional.

Iris Scaccheri estará presente a través de la voz de las actrices Ingrid Pelicori y Cristina Banegas, quienes leerán párrafos de su libro. Iris cuenta impresiones de su infancia, habla de sus maestros en el Teatro Argentino de La Plata, de su condición de discípula de la coreógrafa alemana Dore Hoyer y de su legado. La escritura le viene de la niñez. A través de los cuentos, recrea situaciones que la tuvieron como protagonista, como el primer encuentro con el maestro de teatro Roberto Villanueva, director del Instituto Di Tella, donde se congregaba la vanguardia cultural de los años ’60, o la antológica coreografía delirante de Carmina Burana o del Bolero de Ravel con sus ropajes, por mencionar sólo algunas. Las fotografías del libro tienen la sensibilidad y el brillo de su autora, Susana Thenón, poeta y traductora literaria fallecida en los ’90.

En el marco de la muestra se exhibirá el mediometraje Iris Scaccheri, de Julio César Otero Mancini, filmado en 1982. “Esta filmación esperó 46 años para que pudiéramos compartirla con el público. En 1965 yo empezaba a meterme en el mundo del sonido y Jorge Kahn, un realizador platense, me convocó para formar parte del equipo de filmación para un documental en 16 mm sobre Iris. Me reencontré con ella en 1982; volvía de sus giras por Europa y, enterada sobre mi actividad en el cine, me dijo: ‘Julio, no tengo registro fílmico sobre mi trabajo. ¿Querés hacerlo vos?’”