En la galería Rubbers, Andrés Barragán (Buenos Aires, 1948) presenta dos series fotográficas: un breve conjunto de paisajes patagónicos nocturnos y un conjunto extendido de flores.

Barragán se formó en la Asociación de Cine Experimental (ACE), donde realizó cortos documentales y de ficción. Allí tomó contacto con la fotografía y se especializó en fotografiar obras de arte, gracias a lo cual participó como fotógrafo de piezas artísticas y paisajes en once libros. También registró buena parte del teatro producido en Buenos Aires desde comienzos de los años ochenta, tarea por la cual recibió en 2004 y 2006 el premio Teatro del Mundo otorgado por el Centro Cultural Rojas.

Desde mediados de la década del noventa trabaja como fotógrafo de la Academia Nacional de Bellas Artes.

Desde fines de los años noventa presentó 18 exposiciones, entre individuales y colectivas.

La serie de paisajes patagónicos retrata una nocturnidad casi diurna en donde la noche conjuga los matices de la oscuridad con la particular luz austral. A la técnica precisa de su práctica fotográfica Barragán le agrega una composición pictórica a sus encuadres, que en varios casos proponen una interpretación metafísica del paisaje. Hay allí una mirada de deslumbramiento y también de registro fenoménico –luz, cielo, geografía–- que se contagia del ojo del fotógrafo al del espectador de estas obras.

La otra serie muestra con rigor técnico y delicadeza un conjunto de flores iluminadas que buscan acentuar las transparencias, los “diseños” naturales, los colores, las texturas, la condición orgánica, las formas extrañas, por momentos inquietantes, como si fuera un coleccionista que da cuenta de sus propias “piezas”. En algunos casos, el interior de una flor, por obra del trabajo y el punto de vista del fotógrafo, se transforma en un extraño paisaje en que las escalas se vuelven ambiguas. (En la Galería Rubbers, Avenida Alvear 1595, hasta el 26 de agosto.)