Sábado, 8 de noviembre de 2008 | Hoy
LITERATURA › LAS SEGUNDAS JORNADAS “POESíA Y MEMORIA”, EN CORONEL PRINGLES
Con el rescate del declamado, talleres de Ariel Schettini, María Moreno y Graciela Goldchluk y la presencia del mexicano Mario Bellatin, el evento propone una intensa actividad cultural en el pueblo, celebrado por César Aira y Arturo Carrera.
Por Silvina Friera
Coronel Pringles, ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires celebrada en las novelas de César Aira y en los poemas de Arturo Carrera, y mitificada por las anécdotas de quienes vieron en acción a Osvaldo Lamborghini y Néstor Perlongher, se ha convertido en un espacio donde prácticas estéticas diversas pueden articularse, hacerse visibles. Estación Pringles, “un centro de utopías realizables en la pampa húmeda”, asociación civil y ambiciosa empresa cultural, presidida por Carrera, organiza las segundas jornadas “Poesía y memoria”, que tendrán al escritor mexicano Mario Bellatin como invitado estelar. Como en la edición anterior, la impactante caravana de Declamadoras pringleses, guiadas por Vivi Tellas, amenaza con convertirse, por varias cabezas, nuevamente en el fenómeno cultural por excelencia de estas jornadas. El objetivo del encuentro, que termina hoy, es restablecer las relaciones entre la voz, la poesía, la memoria, la oralidad y la escritura.
“La memoria elige como la poesía el punctum de las sensaciones, sean cuales fueren –explica Carrera a PáginaI12–. Y ese punctum sobrepasa cualquier concepto: sobre todo el de infancia, sobre todo el de memoria, sobre todo el de poesía. Se abre otra rama, me atrevería a decir otro ramal. Pero la economía de la memoria de poesía guarda las monedas en otra viejísima alcancía. Todo para no olvidarse. Los franceses y los ingleses dicen par coeur, by heart, y nosotros de memoria. Dicen que en árabe se dice: un solo trayecto con varias vías. En esa metáfora ya hay una estación y todas las mías... Hay un deseo de volverse trovador, otro cuerpo casi olvidado.” El poeta, que pasó toda su infancia y adolescencia en Pringles, cuenta cómo surgió el proyecto de las Declamadoras. En el verano de 2006, con Chiquita Gramajo y María Celia Vázquez estudiaron la posibilidad de recuperar la declamación, un arte escénico que había quedado guardado en el baúl de los objetos olvidados. “Las mujeres acudieron al panal, al enjambre de sensaciones –recuerda el autor de El vespertillo de las parcas–. La intervención de Vivi Tellas fue decisiva para que el proyecto se ritualizara. Me da miedo parecer un inventor de eslóganes, pero es la acción lo que me interesa, la alegría de esas mujeres que acuden simplemente para desovillar u ovillar, no sé, la madeja de sus poemas o secretos elegidos.”
Carrera se entusiasma con el rescate de la declamación. “Parece que cada nuevo poema exige una revisión de los recursos sensibles y, por qué no, técnicos, disponibles para abordarlos. Toda la poesía se puede declamar, porque la declamación, en todos los tiempos y en todas las formas que adoptara, ha sido útil para darles vida, relieve, brillo u opacidad a los versos de innumerables poetas. Algunos consagrados, otros desconocidos; la declamación ha revelado detalles rítmicos, puntos en que la poesía se vuelve prosa y prosa donde la poesía trasforma, por medio de acentos y detalles específicos, las voces de quienes las dijeron y de los que las escribieron.” Vivi Tellas cuenta que la condición para participar en la caravana de Declamadoras es saber un poema de memoria. Este año, además, también se va a formar un grupo de niñas declamadoras. “A partir de los materiales que aparecen, trabajo sobre la puesta en escena. Desde el primer momento pensé que sería por las calles del pueblo en forma de caravana, parando en lugares significativos para declamar. Creo que la declamación poética podría ocupar un lugar entre el teatro y la ópera”, plantea la directora. “La edición del año pasado fue muy emocionante. Todos comentaban cómo la caravana había cambiado la percepción del pueblo. Fue una intervención poética. Como si se hubiese revelado algo que siempre estuvo allí. La ficción siempre produce distancia y muchas veces es una gran liberación.”
Durante estas jornadas, María Moreno dictará el taller “La voz en pose”, Ariel Schettini realizará otro sobre “La poesía de memoria” y Graciela Goldchluk se encargará de “La voz de una mujer”, sobre manuscritos inéditos de The Buenos Aires Affair, de Manuel Puig. Esta novela, escrita entre 1970 y 1973, es la que más manuscritos tiene, según revela la crítica y especialista en la obra de Puig. “El capítulo uno, con el que voy a trabajar, tiene diez versiones, que en verdad son más, ya que se ven rastros de otras versiones abandonadas. Puig vuelve una y otra vez sobre ese capítulo, que es la presentación de un enigma policial a través de Clara Evelia, una poeta y profesora de declamación que descubre la desaparición de su hija, y mientras se preocupa recuerda un poema de su repertorio. Las hojas que Puig conservó dan cuenta de varios poemas que se presentaron de improviso en la memoria de Clara, o que Clara intentaba recordar con dificultad. El desafío es mostrar ese recorrido textual y la dinámica del recuerdo, la memoria, la escritura, para llegar a la evocación de una voz, a la vez íntima y extraña”, subraya Goldchluk.
¿Pringles estaría a un paso de representar lo que fue en su momento General Villegas? “Soy una recién llegada a Estación Pringles, de modo que no puedo todavía definirlo, y espero no poder hacerlo nunca en virtud de la capacidad de transformación que promete tanta energía –responde Goldchluk–. Me gusta pensar que puede tener que ver con los Puig, pero hay una diferencia: las acciones artísticas en torno de Puig surgieron en Villegas a partir de sus lectores, de los artistas del pueblo y de las bibliotecarias. Y el momento más convocante fue el encuentro de Mausi Martínez con Patricia Bargero, una actriz-directora y una bibliotecaria–hacedora. Arturo Carrera con Chiquita están organizando este Estación Pringles. Yo espero que pueda haber otros Puig en Acción, y más Estación Pringles, lo veo como un fenómeno múltiple pero conectado. Puig decía que quería volver “como una mirada sin cuerpo”; la murga de Villegas tomó esa consigna para sí, ellos son La murga de Manuel. Pringles tiene la suerte de que sus artistas vuelven como una mirada y poniendo el cuerpo”.
Carrera destaca la participación de Bellatin con “sus relatos extraordinarios, tangenciales respecto de la declamación propiamente dicha, pero eficaces por su entrega de formas y temas nuevos”. El escritor mexicano fue uno de los fundadores de Estación Pringles junto con Daniel Link y Silvia Di Leo. “Hace dos años Bellatin estuvo aconsejándonos, aleccionándonos con pormenores de su propia Escuela Dinámica de Escritores, para la nuestra: residencia Espacio Quiñihual, para la cual ya nos cedieron una antigua estación de ferrocarril abandonada, que pronto funcionará alojando escritores y artistas”, anticipa el poeta. Más de ciento cincuenta personas, muchos estudiantes de la Universidad del Sur (Bahía Blanca) y de la Universidad de Mar del Plata, se han anotado para participar de estas jornadas. “Van a llegar en micros especiales, tipo aparato político, pero cultural. ¿No es auspicioso?”, bromea Carrera, adoptando el tono y la pose de un incorregible puntero peronista.
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