Miércoles, 14 de marzo de 2007 | Hoy
CINE › HERNAN GAFFET PRESENTA EN COMPETENCIA “CIUDAD EN CELO”
Después de haber dirigido documentales sobre el jazz y el rock, el cineasta eligió el tango para su primer film de ficción. Mañana se proyectará en la muestra marplatense.
Por Oscar Ranzani
Cuando Hernán Gaffet estaba presentando el documental Oscar Alemán, vida con swing en el Festival de Trieste, le realizaron una pregunta que le quedó flotando en su memoria. El interrogante planteado era por qué no había cine argentino con espíritu tanguero. “Hay películas con mucho tango”, contestó el realizador argentino. Pero el planteo no se refería a documentales sobre el 2x4 sino más bien a ficciones que reflejaran la idiosincrasia porteña. En aquel momento, Gaffet estaba elaborando un guión de un corto que nunca llegó a concretarse pero que se convirtió en el punto de partida de un largo cuya historia busca contrarrestar la falencia esbozada por sus colegas extranjeros: Ciudad en celo es su primera ficción (después de haber realizado el documental Argentina beat sobre el rock nacional y el que posó la mirada en el prestigioso músico de jazz Oscar Alemán), y una película inequívocamente porteña. El director pensó en un largometraje “sin grandes pretensiones, que entretuviera a la gente” pero que hablara del amor, de la amistad y de la solidaridad que, según comenta a Página/12, “es lo que nos sostiene; aun cuando sea una obviedad, tenemos que estar recordándonos eso porque permanentemente hacemos cosas que no tienen que ver con ninguna de esas tres. Y nos matan, nos revientan, nos rompen por dentro”. La película se proyectará mañana en el Festival Internacional de Mar del Plata y comparte con La peli, de Gustavo Postiglione, la dupla argentina que participa de la sección competitiva del gran evento cinematográfico.
Ciudad en celo es una película donde el tango no es sólo la música que se escucha. La trama gira en torno de un grupo de amigos cuarentones que se reúnen habitualmente en el bar Garllington (en homenaje a Gardel y Ellington), un café de barrio, de esos que ya casi no existen en la Reina del Plata. Allí se cuentan sus historias, comparten vivencias sin necesidad de pelearse ya que Duke, el dueño del bar, prefiere que no se discuta de fútbol ni de política. Los amigos, entonces, no opinan sobre los grandes acontecimientos sino más bien de la vida cotidiana, y a la vez buscan combatir la soledad a través de la puesta en marcha del motor de sus propios sentimientos. Ciudad en celo es una comedia dramática que cumple con la premisa de hablar de Buenos Aires a través de sus personajes; el suicidio de uno de ellos sacudirá las emociones de los otros. El elenco incluye a Dolores Solá, Daniel Kusniecka, Adrián Navarro, Juan Minujín, Betiana Blum y la española Nuria Gago, entre otros. ¿Cuánto de universal puede tener una historia porteña? Gaffet señala que si se guía por el éxito que tuvo en el Festival de Valladolid, donde el público la aplaudió, esta película “va a resultar universal” ya que “el amor, la amistad y la solidaridad funcionan de la misma forma acá, en Alaska y en la China”. “Es una película que intenta demostrar emociones y sonrisas con las cosas que nos pasan todos los días ante las narices y, que a veces, no nos damos cuenta”, afirma Gaffet.
–En Ciudad en celo mantiene su interés cinematográfico por la música, que ya había manifestado por el jazz (Oscar Alemán...) y por el rock nacional (Argentina beat). Si bien es una ficción, destila olor a tango. ¿De dónde surge este interés?
–Soy tan fanático de la música como del cine y es una forma de mezclar los dos vicios. Otra es que me molesta mucho ver cómo se desaprovecha el valor de la música en el cine de ficción particularmente, como si los directores de cine no escucharan la suficiente música que deben escuchar o como si fuera mejor una película que tenga poca música o nada de música, como algunos creen que es mejor una película porque está menos hablada. Para mí son grandes disparates. Desde el ’30, que se inventó el sonido en el cine, tenemos esos elementos con los cuales seguir jugando a contar una historia. ¿Por qué no utilizarlos? Reconozco que en la industria del cine argentino, la falencia de las flojas bandas de sonido tiene que ver con el tema presupuestario: hay que pagar derechos autorales o discográficos y son realmente caros.
–Usted defiende la idea del bar como lugar de encuentro humano, como espacio donde se pueden compartir vivencias. ¿Considera que es algo que se perdió?
–Creo que se está perdiendo en el centro de Buenos Aires, donde antes teníamos esto. El ritmo enloquecido, este perder de vista cuáles son las cosas esenciales (de las cuales hablamos al comienzo) hace que todo lo hagamos mucho más rápido. Antes el café era mucho más un lugar de encuentro. Ahora es un lugar de trabajo, de entrevistas, etcétera. En los barrios, todavía se mantiene cierto ritmo que nos permite vivir mejor. Uno va a perder el tiempo maravillosamente a un bar de barrio. En un bar del centro es más raro.
–¿Buenos Aires es un ámbito donde sucede la historia o, en realidad, es una protagonista más?
–Al igual que la música, el escenario tiene casi casi el valor de protagonista. Creo que tanto la ciudad como gran decorado que es Buenos Aires, como la música, condicionan la forma de ser de los personajes de la película. Juegan casi dramáticamente como un personaje más, incluyéndolos.
–La historia podría haber derivado hacia un tono melancólico. Sin embargo, parece tener un sentido optimista.
–La película es absolutamente optimista. Yo soy un escéptico nato que vive como un optimista. Y quería que la película reflejara ese lado mío, el del optimismo. Además, quería una película de género pero no de género puro, que estuviera cerca de la comedia sin llegar a ser solamente una comedia, que tuviera drama porque me parece que la vida es esencialmente dramática, tirando a trágica. Que también tuviera algo de romanticismo sin llegar a ser la comedia romántica hollywoodense. Y que inequívocamente fuera porteña, que la forma de ser y sentir de los personajes tuviera que ver con la nuestra. No me gustan las comedias que no tienen cierto cable a tierra. También quería divertir con una película de tono popular, sin ser populachera, sin tomar de tonto al espectador y apelando a su sensibilidad.
* Ciudad en celo se presentará oficialmente mañana a las 22 en la Sala Auditorium. Repite el viernes a las 16.30 en la misma sala y el sábado a las 15.30 en la Sala de Cines Paseo Diagonal.
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