8-The Hidden Land

Béla Fleck. Columbia, 2006

Ganadora del Grammy como mejor disco de jazz, la última producción de Béla Fleck & The Fleckstones abre con un Preludio y Fuga de Bach y con un tono contrapuntístico que recuerda al cuarteto de Dave Brubeck en los ’50 y que se hace presente en varios temas. A punto de visitar la Argentina, este grupo continúa su habitual línea de mezcla de tradiciones norteamericanas –incluyendo la apropiación norteamericana de las tradiciones europeas– sustentada en el virtuosismno colectivo y en el banjo de su líder. D. F.

8- Leavin’

Natalie Cole. Verve, 2006.

Cerca del Rhythm & Blues, con contagiosos rasguidos de guitarra, buenos arreglos de bronces y una voz excelente –que, a lo largo de su carrera, no siempre tuvo un repertorio a su altura–, Natalie Cole logra un muy atractivo disco de soul a la vieja usanza, aunque con sonido moderno. Además, las canciones están muy bien elegidas y se destacan sus versiones de “Old Man” de Neil Young, “If I Ever Lose my Faith in You”, “The Man with the Child in his Eyes” de Kate Bush, con cuerdas y un coro afortunadamente mesurados. D. F.

8-Raras partituras

Ramiro Gallo Quinteto. Epsa

Tangos poco o nada conocidos, de mayor o menor belleza formal, con algo en común: haber sido rescatados entre la gran cantidad de material que aún guarda sin catalogar nuestra Biblioteca Nacional. Cuatro compositores puntuales (Enrique Delfino, Juan Carlos Cobián, Francisco De Caro y Joaquín Mora) son abordados por Gallo y su quinteto (más invitados) con calidad y buen gusto. El violinista muestra que no sólo es un gran intérprete y compositor, también un arreglador capaz de recrear con altura la tradición. K. M.

7-Resiliente

Gondwana. Leader Music

La banda chilena Gondwana acredita un sólido prestigio dentro del “re-ggae en castellano”. Su último disco, Resiliente, confirma que se trata de un grupo que se mueve con soltura, digamos, entre UB40 y Black Uhuru. Pero el idioma, claro, los acerca un poco más a Los Cafres. Demasiadas alusiones a Jah podrían quitarle credibilidad entre quienes no adscriben al rastafarismo, pero los tipos suenan sinceros. Y suenan muy bien, lo que ya es bastante decir para un ritmo engañosamente “fácil”, desde Los Wailers para acá. F. D.