La fuerza está en el problema, no en buscarle solución. Este año los alumnos del departamento de artes dramáticas del IUNA (Instituto Universitario Nacional del Arte) se vieron en la disyuntiva de hacer o no hacer una toma en el edificio de la calle French, donde tienen clases. Más allá de las necesidades reales de hacer o no la toma en dicho edificio, lo interesante fue que se presentó la oportunidad de pensar qué tipo de facultad quieren. Cuál es el lugar de la facultad de arte en la sociedad, qué lugar debería ocupar, cuál es la responsabilidad de los estudiantes, cuál la de los docentes y cuál la de las autoridades. El contexto promovía este campo fértil para la reflexión: estaban tomados muchos colegios de la Capital, otras sedes del IUNA y otras facultades. En el departamento en el cual tengo dos cátedras, una de dirección y otra de actuación, se sucedían las asambleas y la discusión se ahogaba en sí misma. Los alumnos quedaban atrapados en el argumento, no podían fugar, buscar una alternativa a la asamblea; parecía que el viejo método de resolver un problema político los encantaba como el canto de las sirenas a Ulises. Ellos creían que si no hacían esas asambleas aburridas –donde se terminaba siempre discutiendo a voz en cuello– o no se hacía una acción de confrontación, se estaba cediendo a las exigencias del poder. Lo raro era que no usaban lo que tenían a mano, la experiencia teatral, que siempre debe huir de lo conocido para sobrevivir: el teatro usa lo que ya conoce para abrirse camino, pero siempre, si es verdaderamente teatro, se plantea problemas para buscar formas diferentes de resolverlos. Sabe el teatro que su fuerza está en el problema y no en la solución; sabe que eso lo mantiene vivo. Es lo que no quisieron ver los alumnos que se terminaron lastimando, atrapados en las viejas formas de la política; esas formas que nos entristecen y nos vuelven débiles, miedosos, irritables. Usamos la misma violencia que el poder, pero con menos fuerza. Los alumnos se perdieron el acontecimiento para hacer del problema político un acto creativo y así descubrir algo, quizá solamente que estamos vivos y podemos crear.

* Actor, director y autor.