Sábado, 24 de diciembre de 2011 | Hoy
TEATRO › OPINIóN
Por Ana Alvarado *
La pregunta anual sobre el teatro y sus posibilidades acompaña a la pregunta sobre el mundo, la sociedad, los cambios que se vienen. Hay crisis en Europa, y eso modifica la actividad subsidiada de artistas, festivales, becas y demás en un camino de doble vía que también afectará a muchos artistas y eventos culturales argentinos.
Recuerdo que en 2002, cuando participábamos con El Periférico de Objetos en festivales de Europa, nos consultaban y analizaban nuestras obras con un enorme interés por nuestra crisis política y económica y con la sospecha de que algo así podía pasarles. Igual que acá, la caída afecta menos a los más poderosos. También les llamaba la atención el crecimiento de nuestra cartelera teatral, la apertura de numerosas salas alternativas y la cantidad de alumnos interesados en tomar clases “de teatro” en medio de una realidad brutal. Había crecido lo alternativo, “lo otro”, lo que depende puramente del deseo de hacerlo y “de alguna ayudita de sus amigos”. El teatro resistió en esos ámbitos y junto con otras actividades culturales aportó enormemente al turismo cultural y juvenil –que se inició en esos años y sigue, poblando talleres, universidades y espacios culturales–, de jóvenes extranjeros a los que atrae la fuerza cultural argentina.
El 2012 encontrará en el mundo teatral argentino mucha diversidad. Hay muchas propuestas en el circuito comercial, muchas en el circuito alternativo/off, muchas en un espacio intermedio que se ha creado de salas mixtas, entre lo comercial y lo alternativo. Mucha inscripción en las universidades públicas que se orientan a las artes escénicas y que están permitiendo que los artistas tenga un perfil académico imprescindible en estos tiempos.
Pero hay algo que necesita atención urgente. La experimentación, la investigación, las nuevas propuestas artísticas nacen de los bordes y luego van hacia el centro, y no hay que descuidar el apoyo a esa investigación que, aunque aparentemente más errática y menos visible para los medios, es extremadamente sólida. Llámese teatro independiente, off, under o alternativo, lo mejor de nuestro teatro vino del borde. Los montos de los subsidios de apoyo institucional al teatro, tanto a las salas como a las compañías, son muy pobres; no alcanzan para hacer un montaje más o menos digno. Necesitamos un claro mejoramiento en ese aspecto o una novedosa propuesta oficial que los reemplace.
Les deseamos a los europeos que encuentren fuerza en sus alternativas. Nosotros no confundamos la crisis económica de los poderosos de Occidente con el fin del mundo tan vaticinado. Como se hizo en muchos aspectos en estos últimos años, cuidemos nuestros recursos, sigamos estimulando a nuestros artistas, crezcamos en esto que dio y dará más frutos.
* Titiritera, actriz, directora, dramaturga y docente.
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