Todos parecieron ponerse de acuerdo en la consigna de llegar temprano; para cuando comenzó el set de Ciro y los Persas, las plateas ya lucían casi completas. El campo, en cambio, se fue llenando cuando ya se acercaba la hora Stone. Si bien La Beriso (que está en el momento de mayor popularidad de su carrera, de hecho a fines del año pasado tocaron en el Estadio Ciudad de La Plata ) fue bien recibida como aperitivo de la noche, lo de Ciro y los Persas fue llamativo: desde el mismísimo arranque, a las 19.30 y con “Antes”, el ex Piojos se enfrentó a un estadio encendido, con banderas al viento y un griterío que confirmó su localía y su pertenencia natural a la ceremonia stone. Ya en los primeros minutos, cuando tocó el clásico piojoso “Tan solo”, la cancha se vino abajo en el coro general.

En un setlist que revisitó también a Los Piojos con títulos como “Ruleta”, Ciro propuso “regalarle a sus majestades un bogie hecho por argentinos, en la versión de Moris”, para tocar una caliente versión de “Zapatos de gamuza azul”. Con un final hecho de versiones apoteósicas de “El farolito” y “Como Alí”, el cantante y guitarrista cumplió una faena impecable: 45 minutos que fueron más que un simple acto telonero.