Miércoles, 20 de julio de 2016 | Hoy
TEATRO
- Agustín Alezzo (director y maestro de actores): “Gorostiza ha sido un autor fundamental dentro de nuestra dramaturgia. No solamente un autor, también un director. Ha puesto en escena muchas obras, no sólo suyas, sino de otros. Ha sido secretario de Cultura, durante la época de Alfonsín. Tuve mucho contacto con él, a través del tiempo, en muchas ocasiones. Estrené su penúltima obra, Vuelo a Capistrano (2011). Antes, había dirigido El pan de la locura en televisión. Cuando él era secretario de Cultura, inició un ciclo de teatro argentino en ATC y me llamó para pedirme que lo iniciara con su obra, en el ‘86. Después, cuando estuve al frente del Conservatorio, él estaba de profesor. Así que los contactos han sido infinitos. Lo conocí en el ‘59. Era un hombre de una gran inteligencia. Muy refinado, muy perceptivo. Le he tenido un verdadero aprecio. Hemos perdido a alguien realmente importante. Hasta último momento estuvo activo y permanentemente despierto, atento a todo lo que pasaba”.
- Norberto Gonzalo (actor y director): “Obviamente, Gorostiza significa muchas cosas para cualquier teatrista o laburante de la cultura. En mi caso, tuve la suerte, el honor de compartir una de sus grandes obras, Los hermanos queridos, que se transformó en un éxito de público y de crítica, en La Máscara. Esta sala lleva su nombre en homenaje a La Máscara en la que él estrenó El puente. Más allá de lo previsible, la noticia conmociona. Estamos muy mal. Es una pérdida en lo humano, lo personal, lo creativo. La dramaturgia pierde a uno de sus grandes tipos. Afortunadamente ha dejado el testimonio de lo que nos expresó durante toda la vida. Estoy conmocionado, lo estamos todos los que tuvimos la suerte de conocerlo, sus amigos y admiradores. Más que nunca, todo lo que podamos hacer en La Máscara va a ser en homenaje a Carlitos”.
- Manuel Iedvabni (director): “El aire del río fue una de las últimas obras que escribió, para el San Martín. La hicimos en Casacuberta. Trabajaban (Alejandro) Awada, (Ingrid) Pelicori y Pompeyo Audivert. Tengo un recuerdo magnífico. La obra transcurría durante 200 años. Empezaba con una especie de castellano que suponíamos bastante españolizado. Cien años después, pasábamos al italiano con la inmigración, y la obra terminaba más o menos para la última dictadura militar. Así que, afuera, sonaban los ruidos de Policía, y mientras se iba desarrollando un romance en el tiempo. Era una obra bien interesante, la aprovechamos, la disfrutamos mucho con los actores y tuvimos la suerte de tener la sala casi siempre llena. Gorostiza fue uno de los grandes del teatro independiente y más tarde del teatro en general. Fue un argentino medular. Captó lo que significa el aire del Río de la Plata: qué significamos nosotros en este contexto histórico. Y qué significaba el teatro. Así que, por un lado, obviamente estoy conmovido por su pérdida. Por el otro, ya no se escapa la enorme significación que tuvo desde El puente para acá, todo lo que escribió. Destaco especialmente la obra que me tocó dirigir porque era excelente. Tomaba 200 años, era un juego en el tiempo que nos pinta muchísimo. Nos pinta los últimos 200 años de nuestra nacionalidad”.
- Roberto Perinelli (dramaturgo): “Se fue un ejemplo, un referente, siempre plantado en la trinchera que el teatro independiente construyó hace mucho para pelear cuando hacía falta. En 1981 fue necesario mostrar los puños y Goro, tal cual lo llamamos, fue uno de los que estuvo al frente de ese Teatro Abierto histórico. Antes y después de eso siguió elaborando una obra notable, más de treinta piezas con un inicio brillante, El puente, hoy un clásico indiscutible. ¿En qué lugar del podio lo ponemos? La historia dirá, pero seguro que el sitio que le va a corresponder va a quedar muy cerca de Florencio y de don Armando”.
- Griselda Gambaro (escritora y dramaturga): “Es una persona que quería mucho, aunque nunca tuve una amistad estrecha. Uno lo quería por determinadas actitudes, sus obras, su modo de ser, que aunaba cierto estado risueño con un juicio muy profundo sobre las cosas y los seres. El pan de la locura y El puente me marcaron. Ver esos estrenos fue descubrir el teatro argentino. También me marcó El acompañamiento, escrita para Teatro Abierto, que se siguió dando muchísimo después. Siempre lo seguí a la distancia, salvo por algún encuentro circunstancial. Recuerdo un viaje en avión en el que charlamos mucho, yendo a Estados Unidos; otra vez lo encontré por casualidad en París, con su señora, estaban caminando por la calle. Es un hombre que tuvo una buena vida. Con los dolores que nos afectan a todos. Pero cumplida en la obra y en los gestos”.
Producción: María Daniela Yaccar.
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