Debido a su notoriedad visual, la historia guarda abundantes ejemplos de personas que posiblemente hayan padecido acromegalia. En el campo de la especulación histórica médica, hay profusas especulaciones sobre el faraón egipcio Akhenaton, quien, según dicen, la sufría. Claro que la hipótesis podría ser tachada de mera especulación porque se basa en la acentuación de grandes rasgos visibles en bajorrelieves y efigies que hacen referencia al personaje.

Otra especulación médica algo aventurada es la que difundió el neurólogo Vladimir Berginer, de la Universidad Ben Gurión de Israel. Berginer, en el año 2000, llegó a las páginas de muchos medios de difusión postulando una posible explicación a la bíblica derrota del gigante Goliat. Esta se basaría, afirmó Berginer, en que Goliat sufriría una acentuada acromegalia y “David fue afortunado al acercársele y atacarlo desde el punto ciego que normalmente provocan los crecimientos tumorales de la hipófisis al afectar el nervio óptico”.

En otro plano, el cinematográfico, el famoso “Largo”, el mayordomo de la película Los Locos Addams también la padecía. En realidad, es el actor que lo personifica, Carel Struycken, quien tiene acromegalia. Y otro paciente famoso, al menos en los sets, es Richard Kiel, que hizo de sádico (y casi querible) villano en varios films de James Bond.