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Viernes, 4 de diciembre de 2015

POLITICA

Cambia, todo cambia

Una mujer en la vicepresidencia, otra que llega por primera vez a la gobernación de la provincia de Buenos Aires y tres más en distintos ministerios son algunos de los aportes de la fuerza política de Mauricio Macri a la representación de las mujeres en ámbitos de decisión, pero fue la designación de Fabiana Tuñez –coordinadora de la Casa del Encuentro, donde funcionaba hasta ahora, ya que ella misma anunció su final, el observatorio que año a año revisa los números del femicidio en el país– al frente del Consejo Nacional de las Mujeres lo que despertó optimismo en un sector del feminismo. Pero las opiniones no son homogéneas: ¿Qué posibilidades tiene una feminista y activista lesbiana para trabajar contra la violencia patriarcal en el marco de un gobierno que propone claras políticas económicas neoliberales? ¿Cómo se lee este nombramiento que convive con el de Jorge Lemus en Salud, que fue quien quitó rango ministerial al protocolo de abortos no punibles en el ámbito nacional? Fracturas, consensos y divergencias frente a la perspectiva de género en el gobierno que viene.

 Por Luciana Peker

El 10 de diciembre asume el nuevo gobierno de Cambiemos. Pero Mauricio Macri ya anunció su gabinete. Las mujeres que integran los cargos ejecutivos son Susana Malcorra en Cancillería, Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad, Carolina Stanley en el Ministerio de Desarrollo Social. El cargo de mayor jerarquía es el que ocupa Gabriela Michetti en la Vicepresidencia y el de mayor relevancia política es el de María Eugenia Vidal como gobernadora de la Provincia de Buenos Aires. Por su parte, la CEO de General Motors Isabela Constantini va a asumir al frente de Aerolíneas Argentinas. También son cargos sensibles para las políticas de género el Ministerio de Educación, a cargo de Esteban Bullrich y el Ministerio de Salud con Jorge Lemus al frente. Bullrich es cuestionado por no haber designado recursos, capacitaciones ni materiales para aplicar la Ley de Educación Sexual Integral en la Ciudad de Buenos Aires y Lemus por haber tenido que renunciar, en septiembre del 2012, por el costo político que implicó obstaculizar las interrupciones legales del embarazo a través de una resolución que ponía más trabas de las establecidas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el fallo F.A.L. para que las mujeres puedan acceder a abortos legales. Otro nombramiento que enciende la prevención sobre la posibilidad de retrocesos en derechos es el de Carlos Mahiques, en el Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Mahiques está cuestionado por sus posturas sobre derechos humanos y el derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres. “Mahiques votó en contra de la realización de un aborto no punible a una adolescente con discapacidad mental, cuyo embarazo había sido producto de un abuso sexual. Por la obstrucción judicial de ese aborto no punible, la Argentina está denunciada ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU y ya reconoció su responsabilidad en la violación de los derechos humanos de esa muchacha, conocida por sus iniciales, L. M. R.”, escribió la periodista Mariana Carbajal en Página/12 en la nota “Un currículum a la derecha”, del 7 de diciembre del 2010.

De todos modos, el puesto que tomó mayor relevancia para el movimiento de mujeres fue la conducción del Consejo Nacional de las Mujeres que asumirá Fabiana Tuñez, la actual Coordinadora de La Casa del Encuentro. Una gran parte del movimiento de mujeres y de organizaciones no gubernamentales festejaron la designación. Otras voces, en cambio, consideran que una gestión de centro derecha puede ver blanqueada sus políticas económicas y sociales a través del discurso sobre la violencia de género. Y otro señalamiento es que se pueden producir retrocesos en el reparto de anticonceptivos, la distribución de manuales y realización de capacitaciones en Educación Sexual Integral y el efectivo cumplimiento del Protocolo de Interrupciones Legales del Embarazo.

Fabiana Tuñez se hizo feminista en el Encuentro de San Bernardo en 1986. El 4 de octubre del 2003 abrió La Casa del Encuentro junto a su compañera Ada Rico. A partir del 2008 empezó a difundir la cifra de femicidios en la Argentina, a través del Observatorio “Adriana Marisel Zambrano”. Desde ese momento al 2014 se registraron 1.808 femicidios y, en el mismo período, 2196 hijas/os quedaron sin madre. Mientras que del 1º de Enero al 31 de Octubre de 2015 se registraron 233 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas y 36 femicidios vinculados de hombres y niños. La Presidenta de Mujeres en Igualdad Monique Altschul opina sobre el nombramiento en el Concejo Nacional de las Mujeres (CNM): “Fabiana Túñez es, desde hace años, una compañera de lucha por los derechos humanos de las mujeres. Coincidimos en múltiples campañas contra la violencia de género y la trata de mujeres y niñas. Por su trayectoria tenemos la plena seguridad de que peleará por un Plan Nacional que tienda a eliminar toda forma de violencia y discriminación. No va a ser una lucha fácil dado el bajísimo presupuesto del Consejo Nacional de las Mujeres: recordemos que el porcentaje del presupuesto asignado al CNM entre 2008 y 2015 oscila entre el 0,0018 por ciento y el 0,0040 por ciento del presupuesto total nacional y que, en 2015, el 88 por ciento fue destinado a gastos de personal. Para que su gestión sea exitosa debemos pedir desde ya que el CNM tenga rango ministerial y su presupuesto sea acorde a la grave situación del país en violencia de género como quedó demostrado en el #NiUnaMenos”. Pero no todas las voces son iguales. El movimiento de mujeres tiene sus propios quiebres y voces discordantes. La pluralidad, en un momento de ruptura de la política argentina, se hace presente. Luli Sánchez, militante de Lesbianas y Feministas por la Descriminalizacion del Aborto, crítica: “La designación de Fabiana Tuñez que causa alegría en muchas feministas causa revulsión en muchas otras especialmente del campo nacional y popular. En perspectiva, haber citado a La Casa del Encuentro es haber citado a (Mauricio) Macri. Se confirman así los peores temores de las compañeras: el feminismo es foráneo, es antipopular, es de derecha o es funcional a la derecha. Esta es la verdadera trampa que debemos enfrentar en los años que vienen. El intento de vaciarnos las banderas del aborto legal y gratuito, el lesbianismo orgulloso, la ley de identidad de género, la erradicación de los femicidios y los travesticidios, la inclusión laboral trans reduciéndolas a políticas focalizadas de poco alcance enmascarando el ajuste sobre la institucionalidad federal de asistencia a las víctimas de violencia de género y las áreas específicas en el poder ejecutivo. Pero no son los noventa. Sabemos que es falsa la dicotomía entre feminismo de derecha o ningún feminismo. Disputar al neoliberalismo es el sentido del translesbofeminismo”. Desde una mirada política totalmente opuesta la diputada de ECO (la fuerza de Martín Losteau designado en la Embajada de Estados Unidos como representante de Cambiemos) Carla Carrizo apunta: “Es un lugar común, entre politólogos, afirmar que izquierda y derecha son etiquetas que explican bien la política europea pero mal la política argentina. Poco se dice en cambio si etiquetas más americanas, como demócratas y republicanos en Estados Unidos o liberales y conservadores en Canadá acertarían más. Primera evidencia: en cuanto a equidad de género en los gabinetes, el liberalismo de Mauricio Macri es más conservador que el Justin Trudeau, pero más progre que el de Cristina Kirchner e igual que el de Barack Obama. Más conservador que Justin Trudeau porque la representación de género en el gabinete del PRO indica que esa fuerza entiende que es el tercio (o el cupo) lo que expresa el clima de época en Argentina. Al contrario, para Justin Trudeau el cupo o el tercio, es una antigüedad frente a la espontánea paridad que exhibe la sociedad canadiense en 2015. No obstante, más progre que la composición de género del gabinete de la primer Presidente mujer en el país, en el sentido de que incorpora en puestos clave de gestión liderazgos de mujeres que representan perfiles sociales distintos más que estrictamente político-partidarios como fue el caso del kirchnerismo. Hay en el gabinete inicial del PRO un delicado equilibrio entre mujeres con trayectorias sociales distintas sin vínculo con un apellido de hombres políticos (padres, hermanos, maridos) emancipadas de personalidades masculinas. Tenemos mujeres de pertenencia política (Bullrich y Stanley), del mundo empresarial y globalizado (Constantini y Malcorra) y del trabajo comunitario (Tuñez). Es una apuesta que refleja inicialmente integración de liderazgos femeninos plurales y distintos. Y, en este sentido, se iguala al equilibrio de los perfiles femeninos del partido demócrata en Estados Unidos. Mujeres, todas de alto perfil, que no vienen ni, necesariamente, reflejan la tradicional lucha feminista en Europa, América y Argentina, sino mayormente logros profesionales, sociales y partidarios. Finalmente, sigue siendo cierto para los partidos que han gestionado el poder presidencial en Argentina desde 2003 que los perfiles de liderazgo de las mujeres en política son de clase media y alta y que el poder judicial sigue siendo – (Alejandra) Gils Carbó y la Corte Suprema antes del fallecimiento de Carmen Argibay mediante- la excepción que en el país hace del cupo una regla, en el Congreso y los gabinetes nacionales”. Mientras que María Luisa Storani, Directora del Observatorio de Derechos Humanos y Genero de la UCR y parlamentaria del Parlasur electa por Cambiemos apoya la conformación del gabinete que llegará al poder el 10 de diciembre: “Estoy muy contenta por la designación de la compañera del movimiento de mujeres y feminista Fabiana Tuñez. También con que Graciela Fernández Meijide haya sido consultada para la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia (de Buenos Aires). Lo central es el sesgo que se insinúa. Obvio que habrá, no puede ser de otra manera en nuestros temas, posiciones filosóficas antagónicas las que deberán tener resolución parlamentaria”. Por su parte, Estela Díaz, Secretaria de Género de la CTA, expresa otra mirada opuesta a la de Cambiemos y la gestión CEO´s: “El macrismo expresa el liberalismo en lo económico y el conservadurismo en lo social y en políticas de sexualidad. Por eso tantos empresarios en función pública, incluso, en temas que no son económicos. Piensan una Argentina atendida por sus dueños. Pero no comen vidrio, han aprendido estos años y tienen una maquinaria de comunicación y construcción de sentido muy potente. Pueden darse el lujo de dejar algunas áreas menores como el Consejo para nombrar una persona con trayectoria feminista. Creo que van a poner el centro en la gestión sobre violencia que es el perfil central de Fabiana Tuñez, mientras en salud hay que ver qué hacen, con los antecedentes en contra que ya tiene (Jorge) Lemus. Lo han demostrado y lo dijo Macri en respuesta a su comunicador (Jaime) Durán Barba cuando hablo a favor de que las mujeres decidan sobre aborto. Pero, sobre todo, me preocupa el contexto social y laboral porque las decisiones que se están conociendo van a tener como consecuencias la pérdida del poder adquisitivo y su impacto es la recesión que trae como consecuencia desocupación. Desatender lo social o colocarlo nuevamente en políticas focalizadas, sin perspectiva de derechos es lo más preocupante del perfil del equipo que hasta acá se conoció. No hay posibilidades de avanzar en el camino de la igualdad real en un país que profundiza las desigualdades. Se encuentran con un país con condiciones políticas, sociales e institucionales muy buenas. Nadie tuvo una transición como esta, van a tener tiempo para hacer políticas antipopulares sin que los impactos se noten en un primer momento. Soy bastante pesimista sobre el gabinete y el gobierno de Macri, soy muy optimista respecto al grado de movilización social del que este pueblo es capaz”. Mientras que Natalia Gherardi, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) analiza las perspectivas de género de este gabinete: “Las designaciones para el Poder Ejecutivo nacional dejan sabor a poco para la expectativa de un gabinete más igualitario en los términos que con tanta elocuencia planteó el Primer Ministro Canadiense hace pocas semanas. En términos de protección de los derechos de las mujeres e igualdad de género siempre hay que estar alertas: sabemos que si no monitoreamos las conquistas hay riesgos ciertos de retroceso como sucedió este año con una ley tan clara como la de cupo para las listas electorales donde todas las fuerzas políticas incumplieron en diversas jurisdicciones”. Y, sobre el recambio en el Concejo Nacional de las Mujeres, subraya: “Fabiana Tuñez asume un gran desafío: establecer una política pública integral, sólida, transversal para trabajar contra las distintas formas de violencia, además de promover las condiciones estructurales de igualdad que contribuyan a transformar una cultura que tolera y promueve la violencia. Tengo las mejores expectativas en su trabajo y su capacidad”. En tanto, Mariela Belski, Directora Ejecutiva de Amnistia Argentina pone el ojo en el designado Ministro de Salud y el cumplimiento del acceso al aborto en los casos de riesgos para la salud o la vida de las mujeres, la violencia sexual o los embarazos inviables: “En la Ciudad de Buenos Aires Lemus no logró la implementación del aborto legal y le costó su renuncia. A nivel nacional ya existe una guía de interrupción legal del embarazo que establece claros lineamientos sobre como debe ser implementada una obligación legal y que cuenta con un alto consenso y apoyo de la sociedad civil. De este modo, su desafío será sortear los obstáculos para garantizar el acceso de mujeres y niñas al aborto legal con este marco”.

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