Viernes, 26 de febrero de 2016 | Hoy
ALBUMINA
Guerrera en su propia ley, menos flechas y más notas consigna el oficio de Annie Clark siendo damisela de artes (más precisamente las musicales, bajo el alias St. Vincent); lo cual no quita que ande tan atenta a sus tetas como las amazonas. Conforme a los tiempos, no ha necesitado recurrir a extremos tan vehementes como las mitológicas, evitando cortarse el órgano sobresaliente y optando por menos ampulosa decisión al momento de remendar lo que la tiene hasta la coronilla. Y es que, cansada de maniobrar con guitarras pesadas y sin el espacio pertinente para sus respectivas concavidades, la experimental AC dio con pletórica y funcional solución: diseñar su propia viola, ligerita y ergonómica, de formas amables con las propias del cuerpo femenino (el suyo, el de todas). Lo que se dice un modelito especialmente pensado para la mujer, incluso para las coquetas que gustan de pavonear la cintura (“uno de los mejores atributos femeninos”, a decir de la cantante). Y aunque sale un dineral, 1.899 dólares, ¿cómo medir en mangos tan monona y práctica adquisición? ¡De caoba africana! Y en dos colores: sobrio negro o azul especial (“Azul St. Vincent”, mezclado por la dama), disponible para la compra desde marzo.
“Soy una persona pequeña. Si quisiera tocar una Strat de los 60s o una Les Paul de los 70`s en mis tours, tendría que viajar con un quiropráctico”, resoplaba antaño la treintañera, agotada de sostener adminículos pensados para el rockero varón. Ahora, en cambio, suspira tranquila, gracias a la invitación de los hacedores de instrumentos Ernie Ball Music Man de fabricar una versión con gancho personal. Versión basada, según la joven, en “la estética de Klause Nomi, el movimiento Memphis, las Teiscos japonesas” y, por qué no, un coche: el Corvette modelo ’67. “Si tenés un buen instrumento, vas a tocar mejor. Vas a tocar a la altura del instrumento, que a su vez hará lo imposible para que tengas éxito”, aclara ella sobre el dar y recibir… Por lo demás, en asuntos relativamente desvinculados, informa la prensa del corazón que, de correrías por París, su novia Cara Delevingne, la actriz y modelo, le habría pedido casorio de rodillas y con flor de anillo. Frioleras que no vienen a cuento. Igualmente, que sea con suerte y mucho amor.
Por Guadalupe Treibel
Guerrera en su propia ley, menos flechas y más notas consigna el oficio de Annie Clark siendo damisela de artes (más precisamente las musicales, bajo el alias St. Vincent); lo cual no quita que ande tan atenta a sus tetas como las amazonas. Conforme a los tiempos, no ha necesitado recurrir a extremos tan vehementes como las mitológicas, evitando cortarse el órgano sobresaliente y optando por menos ampulosa decisión al momento de remendar lo que la tiene hasta la coronilla. Y es que, cansada de maniobrar con guitarras pesadas y sin el espacio pertinente para sus respectivas concavidades, la experimental AC dio con pletórica y funcional solución: diseñar su propia viola, ligerita y ergonómica, de formas amables con las propias del cuerpo femenino (el suyo, el de todas). Lo que se dice un modelito especialmente pensado para la mujer, incluso para las coquetas que gustan de pavonear la cintura (“uno de los mejores atributos femeninos”, a decir de la cantante). Y aunque sale un dineral, 1.899 dólares, ¿cómo medir en mangos tan monona y práctica adquisición? ¡De caoba africana! Y en dos colores: sobrio negro o azul especial (“Azul St. Vincent”, mezclado por la dama), disponible para la compra desde marzo.
“Soy una persona pequeña. Si quisiera tocar una Strat de los 60s o una Les Paul de los 70`s en mis tours, tendría que viajar con un quiropráctico”, resoplaba antaño la treintañera, agotada de sostener adminículos pensados para el rockero varón. Ahora, en cambio, suspira tranquila, gracias a la invitación de los hacedores de instrumentos Ernie Ball Music Man de fabricar una versión con gancho personal. Versión basada, según la joven, en “la estética de Klause Nomi, el movimiento Memphis, las Teiscos japonesas” y, por qué no, un coche: el Corvette modelo ’67. “Si tenés un buen instrumento, vas a tocar mejor. Vas a tocar a la altura del instrumento, que a su vez hará lo imposible para que tengas éxito”, aclara ella sobre el dar y recibir… Por lo demás, en asuntos relativamente desvinculados, informa la prensa del corazón que, de correrías por París, su novia Cara Delevingne, la actriz y modelo, le habría pedido casorio de rodillas y con flor de anillo. Frioleras que no vienen a cuento. Igualmente, que sea con suerte y mucho amor.
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