Viernes, 6 de mayo de 2016 | Hoy
VISTO Y LEIDO
El nuevo libro de Moira Irigoyen reúne tres historias donde la maternidad, con su peso y su gracia, constituye un punto de quiebre.
Por Daniel Gigena
En el nuevo libro de Moira Irigoyen (autora de las novelas En el fondo de la materia crece una vegetación oscura y Ese verano, entre otros títulos) se modulan intensidades, voces, vivencias atravesadas de un sentido que irradia hacia fuera del texto al mismo tiempo que se comprime en el marco de las historias, como si intentara clausurar las vías de escape que la lectura imanta. Parto. Un tríptico presenta esa dinámica por medio de tres historias, captadas como tomas fotográficas puestas en serie, protagonizadas o, se podría decir, reguladas por personajes femeninos. Madres, hijas, también amigos y ex parejas, más otras madres e hijas en situación de viaje, de tránsito, de delirio. Puede haber vértigo en la visita a la casa de la madre de una amiga y comer pastas ante la mirada impasible del rey de la casa (un gato), mientras las heridas de un duelo sentimental se cauterizan con el recuerdo de otras madres y de otras visitas. O en las cadencias de coro griego, con frases como oleadas, de una voz quebrada que alucina un drama; en los diálogos de dos mujeres ya adultas, madre e hija, que pasean por Europa para descubrir, más que vistas y monumentos célebres (que de todos modos la madre no desaprovecha), los pliegues de un vínculo que se mantiene igual desde el inicio y a la vez diferente a cada instante. “El cuarto personaje, pensás, no hay duda, debería ser el Tiempo. Hay problemas técnicos para su introducción, porque los personajes son por definición una materialidad, un cuerpo, y aquí necesitarías más bien la introducción de una luz, algo que tornasolara con su sola presencia los rasgos de las cosas”, se lee en “El ocaso de una Reina”, el tercer relato de Parto.
“Si bien los cuentos tienen un origen muy dispar, una serie de aspectos formales y no tanto los reúne: una temática –todos se abisman en lo que la maternidad depara, como expectativa, como experiencia, como tajo profundo de la vida–; los tres cuentan desde una construcción narrativa ‘intensa’, son cuentos en los que pasan cosas, hay un devenir cronológico, no intentan contar un clima ni realizar una descripción ajustada ni proponer una relación lúdica con el lenguaje; tienen una extensión considerable los tres, lo que permite delinear un dibujo de la trama, una plausibilidad psicológica de los personajes que otros formatos más breves no permiten”, comenta Irigoyen. En los tres relatos, los personajes centrales se aproximan, incluso sin saberlo, a cambio cruciales en su modo de vida; se encuentran, en cierto modo, a punto de parir. “El título (que se me ocurrió andando en bicicleta, cuando venía a trabajar, y ya no me lo pude sacar de la cabeza) alude a los dos ejes que circulan a lo largo de la obra: parir y partir. Partir es un elemento que está muy presente en los tres cuentos; parir y partir, como misterios de lo que se genera o se subsume de manera incesante.” Los relatos narran ese viaje a veces con morosidad o con el uso elevado de una segunda persona trágica; a veces por medio del diálogo entre dos mujeres adultas, madre e hija, o de las voces que puede albergar una sola persona: “Por un momento lo podés imaginar, el pensamiento de tu madre, lo sentís rodeando tu cabeza como una conexión infrasonora: tu madre está mirando los zapatos calculando el tono, el juego diferencial que nunca deja de maravillarte. ¿Cómo es posible que a esos años, 73, le haga ilusión una contraposición de tonos, el peso de una tela, la curva de una mano? Asombroso. Asombroso. Asombroso”.
“Los personajes son en su mayoría femeninos –dice Irigoyen–. Incluso en el caso del primer cuento, donde el personaje central es varón, él tiene no obstante una sensibilidad femenina. No sé por qué se armó así. Creo que porque es mi propia sensibilidad la que está en juego. Y porque es propio de la temática que ronda los tres cuentos, estos aspectos del parir, del ingresar en la vida.” Publicado por La Yunta, un sello porteño que dirigen poetas, Parto. Un tríptico alumbra una nueva instancia, se diría más lanzada al ruedo de la trama, en la obra de esta narradora y poeta nacida en Buenos Aires.
Parto. Un tríptico
Moira Irigoyen
Ediciones La Yunta
100 páginas
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.